No estamos tan mal como pensamos

Ciertamente, estas últimas décadas la sociedad mundial ha progresado mucho en cuanto a avances tecnológicos. Una evidencia clara de este hecho es lo rápido que respondimos en cuanto a la creación de una vacuna contra el COVID-19, por ejemplo. No obstante, el mundo y más que nada la prensa está empeñada siempre en insistir que esta afirmación es completamente errónea: que no, no estamos en buenas condiciones, y que no hemos progresado como humanidad.

En el libro Factfulness: diez razones por las que estamos equivocados sobre el mundo. Y por qué las cosas están mejor de lo que piensas sus autores Anna, Hans y Ola Rosling discuten que esta concepción errónea del mundo se encontraba extendida por todo el mundo. Se plantea que aparte de ser un problema de información, los seres humanos estamos predispuestos a 10 sesgos de percepción que los autores presentan a lo largo del libro.

El primer instinto o sesgo que el libro menciona, los autores se refieren a él como el gap instinct, o el instinto de brecha. Este instinto explica que por una serie de razones, los seres humanos tendemos a dividir las cosas o situaciones en 2 premisas distintas y opuestas entre sí, usualmente entre grupos conflictivos (the us and them effect). Un ejemplo de esto es el término de países ‘desarrollados’ a países ‘en vías de desarrollo’, término según el libro, completamente obsoleto. Un argumento importante para apoyar esto es que ya el 85% de los seres humanos ya viven dentro de lo que se definiría como mundo ‘desarrollado’. Únicamente el 6% representarían las personas que todavía viven en países ‘en vías de desarrollo’, el otro 6% no entraría en ninguna de las 2 categorías. La propuesta de los Rosling en este libro para este instinto, es dividir al mundo en 4 distintos niveles de ingresos.

Los autores invitan a reconocer a partir de este instinto, cuando una historia habla sobre una brecha separada. En vez de, reconocer que la realidad no es polarizada. Se menciona que usualmente, la gran mayoría se encuentra justo en el medio. Que hay que evitar las comparaciones de promedios y dar cuenta de que, si se chequea el gráfico difundido, usualmente hay un overlap.

El ser humano tiene la costumbre de ver las perspectivas en blanco y negro: rico y pobre, el oriente y el occidente, como el anterior mencionado ‘nosotros y ellos’. Es muy fácil y cómodo pensar así. Cuando efectivamente, como mencionado en el libro, hay un mundo gigante en el medio. Y según su perspectiva, es ahí donde se demuestra que no estamos tan mal como pensamos. El problema de estas concepciones no es la ignorancia, sino más bien ideas preconcebidas. Por la Guerra Fría, por ejemplo, donde el mundo efectivamente estaba polarizado. Pero actualmente el orden mundial ya no es así. Es cierto que la humanidad le debe a esta misma todavía muchos problemas por resolver, pero ciertamente estamos mucho mejor que antes.

Bajo estas concepciones, invito a no solo tener una perspectiva más optimista del ser humano (basada netamente en datos), sino también a encontrar armonía en la realidad: se puede aceptar la idea de que si bien, todavía nos falta mucho que hacer, hemos progresado muchísimo como humanidad. Pero definitivamente, si nos enfocamos en lo mucho que hemos progresado, eso nos da empuje y optimismo para ser parte del cambio positivo que todavía nos compete.

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