Cuando la motivación se va

La gran mayoría del sentido de voluntad que experimenta el ser humano nace a partir del amor. Especialmente cuando se trata de aspiraciones profesionales, muchas motivaciones nacen a partir del amor. Ya sea hacia una causa específica, una actividad específica, o incluso por el amor a la familia. El amor es el motor más fuerte que mueve al mundo. Gracias al amor, vivimos en la sociedad desarrollada en la que vivimos.

Y a partir del amor, viene la inspiración y la motivación. En el caso de la inspiración, es esa herramienta creativa que necesitamos para no quedarnos estancados en la misma acción o la misma idea. Y en el caso de la motivación, es lo que nos permite levantarnos de la cama para seguir superándonos en eso que amamos tanto. La motivación y la inspiración son nuestras aliadas más importantes, ellas nos ayudan a mantenernos fascinados con nuestro ideal. Sin embargo, no todos los días están ahí.

¿Qué pasa cuando la motivación y la inspiración dejan de estar presentes? Para las personas que trabajan a partir de su propia creatividad, esto puede ser muy desafiante. Es muy difícil trabajar con estas 2 variantes ausentes, pero no imposible. Es ahí cuando entra la importancia de la disciplina. Esta trabaja muy diferente. La disciplina es la que nos ayuda a levantarnos de la cama porque sabemos que tenemos que hacerlo, porque nos lo debemos a nosotros mismos y todo lo que hemos trabajado. La disciplina es quien nos ayuda a reconocer que nadie más que nosotros somos responsables de lo que hacemos. La disciplina es nuestra mejor amiga, pues es quien aparece cuando nadie más (ni inspiración ni motivación) está.

Por supuesto que la disciplina es un músculo, y hay que saber entrenarlo. Sin embargo, eso se cultiva con nuestra propia y entera voluntad. Cuando se habla de disciplina puede ser muy retador para algunas personas, pues es ella la única que hace notar a nosotros mismos que los únicos responsables somos nosotros. Como seres humanos, es muy común tratar de quitarnos la culpa hacia distintos factores externos. Cuando en realidad, la falta de inspiración y motivación también la podemos recrear nosotros mismos. Por este tipo de situaciones, es clave para cada uno el forjar hábitos sostenibles y beneficiosos, que puedan reflejar una disciplina sana.

La disciplina es la mejor aliada que podemos tener en tiempos difíciles. Incluso cuando se trata de épocas retadoras en salud mental, puede ser nuestra mejor amiga. La disciplina es un factor clave para alcanzar metas; ya sean profesionales, académicas, deportivas, de cualquier índole. Sin disciplina, incluso cuando tengamos inspiración y motivación, será muy difícil alcanzar dichas metas.

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