Al otro lado del diván

por: Pablo Barrera (psic. clínico)

¿Qué es la psicoterapia? Nuestras amistades y parientes nos hacen frecuentemente esta pregunta, a veces en serio y a veces como broma. Cuando era estudiante, me gustaba dar respuestas técnicas, pero también muy simples: “son una serie de métodos y técnicas que pueden mejorar el bienestar y el comportamiento”. Hoy, después de haber experimentado la psicoterapia como terapeuta y como paciente, pienso que esa definición es muy pobre. En este pequeño artículo quiero contar mi experiencia como paciente, reflexionar sobre mi proceso terapeútico y, sobre todo, incentivar a otras personas para que inicien su propio viaje de autodescubrimiento.

Carl Rogers, uno fundadores de la psicoterapia humanista, llevando a cabo una terapia grupal. Extraído de: Rogers. (1970). Carl Rogers on Encounter Groups. HarperCollins.

Si bien llevo más de diez años en el camino de la psicología, debo admitir que sentí vergüenza cuando decidí que buscaría psicoterapia para mí mismo. Pensaba que mis problemas no eran tan importantes, que eran aburridos o incluso muy clichés. En otras palabras, yo mismo viví el estigma que está asociado a los problemas de salud mental.  Investigaciones han demostrado que el estigma es tan fuerte, que a pesar del sufrimiento que pueden causarles, muchas personas nunca buscan ayuda (Clement, y otros, 2015). La Organización Mundial de la Salud (2021), estima que, en promedio, una persona se demora 5 años en buscar asistencia profesional después del inicio de su dolencia psicológica. Culturalmente hemos asociado los problemas de salud mental con debilidad, cobardía o desadaptación (Gutting, 2005). Lo cierto es que estos son inherentes al ser humano. De hecho, se han encontrado documentos del antiguo Imperio Mongol en el siglo X, que describen los síntomas de la enfermedad que hoy llamamos depresión (Safavi-Abbasi, y otros, 2007).

Una vez que reuní la valentía necesaria, inicié mi psicoterapia, está vez acostado en el diván (en este caso el diván es una analogía, casi ninguna terapia lo sigue utilizando). Cada sesión era una experiencia intrigante, emocionalmente intensa, pero sobre todo liberadora. Descubrí que yo no estaba tan “saludable mentalmente” como alguna vez pensé, y esta realización me llevó a sentir mucha más empatía por quienes alguna vez me comentaron sobre sus propias luchas internas. A medida que las sesiones pasaban, empecé a sentirme más liviano, más en control de mis emociones y, sobre todo, más cómodo con quien soy. Lo que me sucedió a mí no es un evento aislado; se ha demostrado que un 75% de quienes asisten a terapia sienten un cambio positivo en su vida, no solo emocional y cognitivo, sino también en su salud física y satisfacción laboral (Karlsson, 2011)

Mi terapia estuvo marcada por la pandemia, por lo que viví algunos duelos y, por primera vez, comprendí cuan cercana estaba la mortalidad de mis padres. Uno de los principales temas en este proceso fue la pérdida: de personas, ideas o posibilidades. En estos últimos años los problemas de salud mental como las adicciones, la depresión e incluso los suicidios, han aumentado, y esto está asociado a las presiones ambientales ocasionadas por la pandemia, por ejemplo, la crisis económica y el hacinamiento social. El mundo actual parece ser mucho más incierto que el que conocíamos. La psicoterapia puede dar significado a estos sucesos tan difíciles y enseñarnos a navegar en las olas de perplejidad y de la pérdida.

Jung dijo: “El propósito de la psicoterapia no es transportarte a un estado de constante felicidad, sino apoyar al paciente, a adquirir firmeza y paciencia frente al sufrimiento” (Jung, SF). Al buscar apoyo psicológico, no solo estamos emprendiendo un viaje de autodescubrimiento que tendrá un impacto profundo en nuestras vidas, pero también estamos luchando directamente contra el estigma asociado a los problemas de salud mental. Después de mi experiencia, siento una enorme admiración por quien decide empezar un proceso psicoterapéutico y, al igual que mis colegas, me siento muy afortunado de mi trabajo. Ahora que vivimos en un mundo tan cambiante y caótico, la psicoterapia nos puede ofrecer un respiro. Les invito a incluir su propia salud mental, y la de sus seres queridos, entre sus prioridades, y a tratar con respeto y empatía a quienes atraviesen por alguna situación que afecte su bienestar, así como a sumarse a quienes luchamos para que la sociedad entienda que la salud mental nos incumbe a todos.

Bibliografía

Allen, J., Balfour, R., Bell, R., & Marmot, M. (2014). Social determinants of mental health. International review of psychiatry,.

Clement, S., Schauman, O., Graham, T., Maggioni, F., Evans-Lacko, S., Bezborodovs, N. .., & Thornicroft, G. (2015). What is the impact of mental health-related stigma on help-seeking? A systematic review of quantitative and qualitative studies. Psychological medicine.

Cullen, W., Gulati, G., & Kelly, B. D. (2020). Mental health in the COVID-19 pandemic. QJM. An International Journal of Medicine.

Gutting, G. (2005). Foucault and the History of Madness. The Cambridge Companion to Foucault.

Jung, C. G., Shamdasani, S. E., Kyburz, M. T., & Peck, J. T. (2009). The red book: Liber novus. WW Norton & Co.

Karlsson, H. (2011). How Psychotherapy changes the Brain. . Psychiatric Times.

Organización Mundial de la Salud. (2021, 12 6). World Health Organization. Retrieved from Mental health: https://www.who.int/health-topics/mental-health#tab=tab_1

Safavi-Abbasi, S., B. L., Workman, R. K., Talley, M. C., Feiz-Erfan, I., Theodore, N. .., & Preul, M. C. (2007). The fate of medical knowledge and the neurosciences during the time of Genghis Khan and the Mongolian Empire. Neurosurgical focus.

One thought on “Al otro lado del diván

  1. Hermoso leerte Pablito!
    Claro que es válido y valiente buscar terapia es necesario reconocer que algo nos incomoda, qué algo nos angustia de manera excesiva, es hacerse cargo de uno mismo en el camino que eligió.
    Te mando un abrazo grande y muchos éxitos.
    Cris

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