El problema de la libertad

Jean-Paul Sartre en su libro El existencialismo es un humanismo, si bien apoya la corriente y esencia existencialista del ser humano, va mucho más allá de aquello. Según Sartre, los críticos del existencialismo únicamente hacen énfasis en el aspecto ‘negativo’ de la vida y, siguiendo esa vía, solo invita a la quietud. O, en otras palabras, hacer caso omiso y no actuar ante las circunstancias adversas y ‘negativas’ de la vida.

A partir del existencialismo, Sartre honra a la libertad en este libro. Explica que el existencialismo no tiene por qué ser algo negativo, si justamente precede a la libertad. Y la libertad, si bien puede ser algo negativo, es el hombre quien hace de esto algo positivo. ¿Qué quiere decir esto? Según Sartre, el ser humano no es más que lo que hace él mismo de su existencia. Es decir, elimina cualquier esencia humana que podría determinar al hombre. El existencialismo de este autor se origina en la autonomía y originalidad del hombre que piensa y a partir de eso, puede adquirir consciencia de sí mismo. Se argumenta que el hombre es lo que hace de sus circunstancias, y lo que procede a partir de sus decisiones.

La libertad de Sartre se basa en asumir la responsabilidad de lo que el hombre hace de su vida, asumiendo completa autonomía de aquello. De aquí viene su frase “el hombre está condenado a ser libre”. Usa la palabra ‘condena’ porque desde el plano existencialista del autor, no hay Dios ni ser superior al que se le puedan excusar las circunstancias del hombre, ya sean adversas o no. Siendo así, que la libertad es una cualidad (o una ‘condena’) intrínseca en el ser humano, y que por ello el ser humano vive en un círculo vicioso de constante elección.

La libertad implica responsabilidad. Es muy fácil vivir a partir de lo que alguien más dicta, u obedecer en vez de elegir por uno mismo. He aquí el problema de la libertad: si bien el hombre no escoge su concepción, a partir de cierto punto en su vida este mismo debe asumir la responsabilidad de elegir el trazo de su vida. Desde aquí parte el existencialismo de Sartre; pues el mismo lo concibe de una forma negativa, porque es un reto constante el responsabilizarse de sus propios actos.

A pesar de que puede causar una angustia constante, ¿no es eso lo fascinante de lo cotidiano? El tener la total potestad, el que exista una ausencia intrínseca de autoridad, que le permite al ser humano estar en constante evolución, innovación y creatividad de su propia existencia. La libertad no tiene por qué ser un peso, ni un problema. Cada ser humano es libre de crear a partir de sus propias pasiones y experticias, y eso es gracias a la libertad que la vida implica. Si bien Sartre acierta en decir que es una ‘condena’, esto no tiene por qué ser una desgracia. Depende de la perspectiva que el ser humano le ponga a la vida, es que esta misma puede ser un producto maravilloso para la sociedad y para el mundo. El hombre vino para crear, para ser feliz a partir de sus pasiones, y poder servir a través de ellas. La libertad no es una condena, es mas bien una herramienta en pro de la sociedad: del monismo y del dualismo que implica la existencia humana.

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