Violencia hacia la mujer y características del maltratador

Por: Carlos Castañeda Jácome (Psic. Clínico)

La II Encuesta Nacional de Violencia de Género contra las mujeres realizada en Ecuador en el año 2019, tuvo por objetivo conocer la prevalencia de violencia hacia las mujeres de edades entre los 15 años en adelante en los siguientes aspectos: violencia física, psicológica, sexual, patrimonial y gineco obstétrica dentro de los ámbitos de pareja, escolar, laboral, social y familiar. Las cifras de esta encuesta nos dicen que al menos 65 de cada 100 mujeres en el Ecuador han sufrido de algún tipo de violencia a lo largo de su vida; según el tipo de violencia, la más común es la psicológica (56.9%), seguida por la física (35.4%), en tercer lugar la sexual (32.7%) y finalmente la violencia patrimonial (16.4%).

Figura 1: Imagen en contra de la violencia . Carlos Castañeda, 2021

En cuanto al contexto de la violencia se reportó un 42.8% en el ámbito de pareja, 32.6% del entorno social, 20.3% y 20.1% en el familiar y laboral respectivamente, y un 19.2% en el ámbito educativo (1). Estas cifras reflejan una realidad muy poco evidenciada, no obstante, vivida por muchas mujeres del país que se encuentran atrapadas en un círculo de violencia que no se rompe debido al miedo y la falta de apoyo.

La definición de violencia de género según el Convenio de Estambul es: …cualquier tipo de daño o sufrimiento de índole física, sexual, psicológica o económica, incluyendo también la privación arbitraria de libertad en espacios públicos como privados (2). El más frecuente, la violencia física consiste en daño corporal o lesiones mediante los golpes, ya sea con las manos o pies de la persona o con algún objeto. La violencia sexual es caracterizada por la imposición de una relación sexual la cual no ha sido consentida y existe abuso de la fuerza, aquí también se incluyen los insultos, acusaciones durante las relaciones sexuales e incluso amenazas, chantaje o actos de venganza si no hay una respuesta favorable antes las conductas sexuales deseadas por parte del agresor.

Dentro del maltrato psicológico está el insultar, humillar, burlarse de la mujer sobre cualquier aspecto, acciones coercitivas, desprecio, abandono, incomunicación, gritos, etc. Finalmente, pero no menos importante tenemos un tipo de maltrato poco conocido, el económico. Aquí, el hombre toma control sobre el dinero de la mujer, le impide a la misma la información sobre el patrimonio familiar y únicamente él, toma decisiones sobre el uso de los recursos, le asigna un monto limitado a la mujer y además le exige explicaciones sobre los gastos realizados (3).

Los agresores pueden emplear distintas técnicas de manipulación para ejercer poder sobre las mujeres independientemente de si existe violencia física o no; a continuación se explica cada una de estas técnicas.

  1. Dominación: aquí el hombre toma un rol de poder sobre la mujer, le da órdenes, en el sentido de decirle que hacer o no hacer, aquí la mujer es tratada como si fuera una niña pequeña o incluso como un objeto que el hombre posee.
  2. Humillación: esta se destaca por insultos que avergüenzan o critican de manera pública a la mujer, con el fin de lastimar su autoestima y provocar que la víctima se sienta vulnerable e impotente.
  3. Aislamiento: consiste en impedir a la mujer el derecho de tener algún tipo de contacto ya sea con amigos o familiares.
  4. Amenazas: se basan en hacerle daño a la mujer o alguien cercano a ella, incluyendo hijos de ambos, familiares e incluso mascotas. Otra forma de amenaza es el propio suicidio e intimidar con que se realizaran acusaciones falsas sobre la mujer ante alguna entidad legal como un juez o policía.
  5. Intimidación: comprende hacer señales como miradas o gestos amenazadores, destruir objetos alrededor de la mujer como un signo de poder e incluso demostrar la posesión de algún objeto peligroso o arma con el cual se puede hacer daño en cualquier momento.
  6. Negación y culpabilidad: consiste en negar o minimizar las acciones de abuso o violencia (2).

En un estudio mencionado en Torres, Lemos-Giraldez y Herrero, se describe que los hombres violentos generalmente presentan características  comunes como: déficits psicológicos y cognitivos, trastornos de la personalidad, abuso de sustancias como alcohol y otras drogas; creencias y actitudes referentes a la inferioridad de las mujeres, autoestima baja, dificultad para comunicarse y expresar sus emociones, un escaso control de sus impulsos y finalmente una correlación directa entre la violencia y la falta de control de la ira (4).

A pesar de la difícil realidad presentada en este artículo, cabe mencionar que la decisión de hablar sobre esto puede resultar liberador y cambiar la situación de violencia. Callar el sufrimiento solo perpetúa el daño y le entrega más poder al abusador. Sanar las heridas provocadas por la violencia del machismo es un proceso doloroso; sin embargo, bajo un correcto trabajo terapéutico es posible salir del círculo de violencia y empoderarse como mujer.

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