Campaña por el Desarrollo Económico y el Cuidado de la Biodiversidad

El Ecuador es un país muy diverso con tierras bendecidas que dan todo tipo de frutas y verduras a lo largo del año. La agricultura representa el 30% de la población empleada a nivel nacional y el 9% del PIB. Sin embargo, actualmente hay prácticas de la agricultura industrial que empobrecen al país al destruir los ecosistemas, contaminar los cuerpos de agua, erosionar la tierra, entre otras cosas. Esto deja sin sustento a las comunidades campesinas causando migraciones masivas y problemas de salud por la contaminación.

Mi Canasta Consciente es una campaña que busca crear consciencia sobre los impactos ecológicos y sociales de la producción alimenticia en Ecuador. Informando y presentando alternativas de producción y consumo responsable como las redes solidarias y los productos agroecológicos que ya existen en Ecuador pero son poco conocidos. Su enfoque viene desde la Justicia Ambiental, el Giro Ontológico y la Soberanía Alimentaria.

Es imperativo que empecemos a preocuparnos por el origen y los procesos de nuestros alimentos. Desafortunadamente, no tenemos una cultura de pensar en las comunidades campesinas, quienes tienen muy poca movilidad social, y quienes sufren abusos y explotación por parte de instituciones públicas y privadas. En Ecuador, el 80% de los agricultores son mayores de 40 años, los jóvenes de comunidades rurales ya no quieren dedicarse a esta actividad; por ende, no existe un relevo generacional. Tomando en cuenta que el 70% de los alimentos que consumimos en Ecuador son de origen nacional estos datos son realmente preocupantes porque implica que en veinte años tendremos que importar todo lo que no se produzca; esto aumentará los costos de alimentos, estos serán de menor calidad y se habrán perdido millones de fuentes de trabajo. Mi Canasta Consciente invita a las personas a reflexionar sobre el origen de sus alimentos y qué trazos y secuelas dejaron en las manos que los sembraron y cosecharon, así como en los ecosistemas (animales, insectos y cuerpos de agua) que ayudaron a que estos alimentos existan. A través de nuestras decisiones de consumo damos forma al país en el que vivimos y es importante hacerlas desde la consciencia.

Los ejes teóricos de la campaña mencionados anteriormente tienden a quedarse en nichos académicos; no obstante, es importante que se los discuta fuera de estos debido a su relevancia. Es decir, aunque el ambientalismo sea una tendencia actualmente hay reflexiones puntales que son necesarias que hagamos, que tengamos una aproximación crítica a cómo una serie de procesos de los que somos parte afectan al planeta y no solamente enfocarnos en consumir productos con etiqueta verde. La Justicia Ambiental es un movimiento que vincula los efectos del cambio climático con la desigualdad social ya que no todos los grupos sociales son igual de responsables en el consumo de recursos, contaminación y emisiones de CO2 pero si son las clases bajas quienes sufren más los efectos de esto. El Giro Ontológico (Bruno Latour) invita a un entendimiento transversal de cómo los humanos nos relacionamos con el mundo material y las vidas no humanas. Esto es importante para abrir discusiones como los Derechos de la Naturaleza. Y finalmente, la Soberanía Alimentaria es el derecho que tenemos como ciudadanos al acceso a alimentos sanos y de calidad que son la base para nuestra identidad cultural y nuestro sustento.

Mi Canasta Consciente busca crear una cultura de consumo consciente e impulsar la agroecología como manera de crear una sociedad más próspera, digna y proteger a nuestros ecosistemas. La agroecología es una disciplina que estudia a profundidad los mecanismos sociales y ecológicos para cultivar alimentos trabajando con el ecosistema y las comunidades y beneficiándolos a largo plazo. A diferencia de la agricultura tradicional e industrial esto permite que se diversifiquen los tipos de alimento que se producen, evita el uso de agrotóxicos (que afecta a la salud de agricultores, consumidores y ecosistemas), y que la tierra pueda renovar sus nutrientes para continuar produciendo a largo plazo. El movimiento agroecológico nacional tiene poca visibilidad, especialmente para los jóvenes que en corto plazo estaremos sufriendo la consecuencia de este desconocimiento y desconexión con la proveniencia de nuestros alimentos y sus secuelas.

Esta campaña de comunicación es el proyecto de títulación de Daniela Guzmán, quien obtuvo su titulo en Artes Contemporáneas en la USFQ hace un año y actualmente es asistente de investigación con la profesora Verónica Jiménez Borja, Ph.D en proyectos relacionados a Humanidades Ambientales.

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