Análisis sobre el clima político y social post elecciones

Por: Juan Francisco Aguirre Nankervis

Publicista y Comunicador Social

Ecuador vive un momento particularmente especial, se debaten de manera evidente, no solo posiciones políticas y partidos, sino también el destino democrático y social de nuestro País, que está marcado por el rotundo rechazo a una continuidad identificada por 14 años de correísmo. Este, si bien en los últimos 4 ha sido muy tibio, aún mantiene la tónica del caudillo Rafael Correa Delgado y se han desenmascarado las redes de corrupción que funcionaban tras su mano.

Es muy comprensible que el debate político haya inundado como nunca antes nuestras vidas y el nivel de ansiedad en todo el país este desbordado, porque aunque seamos una cultura que olvida fácil, el legado de la crisis que vivimos ha sido tan desgarrador que todos sentimos el miedo de volver a vivir lo mismo. Con un presidente exiliado que duplicó el endeudamiento de Ecuador (hasta el 45 % del PIB), dejó el país en crecimiento económico negativo (–1,2 %), con un elevado déficit público (6,7%) y con el mayor paro desde la recesión internacional de 2008 (5,2%), esta crisis dejó una herida mucho mayor, y fue el fraccionamiento de la sociedad mediante la aplicación de un discurso de odio entre clases y que vemos lejano que se lo supere.

Ahora, como nunca, sentimos la necesidad de meditar los votos, conversar con familia, vecinos y amigos, hacer activismo diario en nuestras vidas, mediante las redes sociales especialmente. A través de estas últimas se ha descubierto otra manera muy proactiva de conseguir o perder votos, como lo demostró de manera brillante el candidato Hervas y donde algunos más clásicos no capitalizaron esa oportunidad para atraer al voto millennial y centenial. Esta tendencia se convierte desde estas votaciones en algo obligatorio a futuro en cualquier campaña política.

Puedo asegurar creo que hemos descubierto en estos días el sentido de ser verdaderos patriotas y dejar vanidades y egos para unirnos en un mismo discurso, rechazar lo que posiblemente sea la peor crisis en manos de Andrés Arauz. Él, un perfil político pobre, sin personalidad o talento alguno más que tener la sombra de su auspiciante atrás. Hemos visto en solo cinco días como dos candidatos antagónicos por naturaleza pueden acercarse para dialogar y demostrar que pueden ser verdaderos patriotas y así juntos derrotar al Correísmo como motor, dejando un ejemplo a todos los ecuatorianos que la política no es negativa, pero si la politiquería a la que estamos acostumbrados.

El legado del correísmo nos sigue hoy pasando factura lo que ha generado una degradación desde lo económico a lo social, donde provincias altamente afectadas por el mal manejo de recursos públicos siguen escogiendo a esa lista por encima de otras. Aquí nos damos cuenta del grave vacío que se debe corregir.

Un presidente que no supo capitalizar lo que se llamó la “década de oro” de la economía Sudamericana, en el período comprendido entre 2003 y 2013, generada mayormente por la subida de los precios de las materias primas. Las economías de los países de la región, que se centran en actividades extractivas, tuvieron un notable impulso por el aumento del precio de barril de petróleo y de diversos tipos de minerales, lo que se tradujo en una época de bonanza que sirvió como una billetera sin control alguno. Esto catapultó la consolidación y desarrollo de los “sistemas bolivarianos” que han sido culpables del desplazamiento de más de cinco millones de venezolanos hacia el mundo.

Eso es lo que nos aterra heredar como país. Entonces ahora se entiende más la necesidad de conciliar, de dialogar, de abrirnos como personas y ponernos en los zapatos ajenos, de encaminarnos hacia un mismo objetivo, de sentir un verdadero patriotismo, de generar cambios positivos en nuestras propias vidas, de sentir la necesidad de poder dejar un legado y sentar hitos, sin esperar recibir algo a cambio. Es el momento de que los jóvenes sientan la entrega de poder dirigir al país con valor y energías de ver cambios positivos.

Será este entonces un renacer político, pero mucho más importante, un renacer social donde por fin podamos vernos entre ecuatorianos como hermanos. Como empresario y emprendedor, que busco generar empleo y oportunidades, no tengo mayor sueño que poder vivir en un ambiente de paz, de seguridad económica y social, sin discursos de odio y defender valores y virtudes perdidas en el tiempo como si fuese una necesidad y no más bien algo obvio en una sociedad. Tenemos entonces la esperanza de ver a dos candidatos sentándose a conciliar y poder virar la página, de promover un discurso hacia sus votantes donde podamos dejar diferencias y rescatar al Ecuador.

Juan Francisco Aguirre Nankervis

Empresario Quiteño de 35 años, actualmente es dueño y fundador de su Agencia de Marketing Digital LOGIN, en la cual da empleo a 22 personas de diferentes países, su carrera siempre se centró en puestos de Marketing y trabajó previamente para dos marcas automotrices que ocupan los primeros puestos de venta en el País. Adicionalmente es el Administrador del Grupo de Facebook RESCATEMOS CUMBAYÁ, donde ha promovido muchas actividades en pro de la seguridad y el bienestar social, y es un grupo referencia de tolerancia y respeto entre ciudadanos, donde interactúan casi 13 mil personas. Demuestra su pasión por la naturaleza y la combina con el amor por el deporte, que lo ha llevado a competir en las carreras más exigentes del País. 

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