Por: Sophia Chiriboga, Mishell Cordova, Carolina Jaramillo, Blanca Miño, y Emilio Navas
El pasado 22 de noviembre se realizó el Taller Teórico-Práctico: Modelos de Negocios Éticos y Rentables, organizado por estudiantes del CADE como una iniciativa del curso “Problemas contemporáneos y ética corporativa”
A través de charlas informativas y guía práctica por parte de Gabriela Cevallos y Paul Riera, expertos en Innovación Social y Design Thinking, los asistentes aprendieron estrategias para desarrollar modelos de negocios éticos, innovadores, y rentables.
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Pero, ¿de qué se trata esta propuesta? Básicamente, resolver problemas y necesidades en la sociedad, de manera responsable y creativa. La innovación social es el resultado del trabajo deliberado de varias personas por un cambio positivo y profundo, basándose en 5 variables fundamentales:
- Impacto social
- Sostenibilidad económica y viabilidad a largo plazo
- Tipo de innovación
- Colaboración intersectorial
- Escalabilidad y replicabilidad
Este concepto es aplicable a cualquier industria; principalmente, aquellas enfocadas en temas íntegramente sociales (pobreza, desempleo, cambio climático, etc.). TriCiclos, un emprendimiento chileno, incorporó esta propuesta como respuesta a la poca cultura de desechos en la región.
Su modelo de negocio consiste en recolectar los desperdicios de la comunidad, transformarlos y posteriormente, comercializarlos como materia prima. Así, se cubrieron necesidades como salud, educación, e inclusión de recicladores informales; generando, a la vez, ingresos rentables.
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De igual manera, el Design Thinking, metodología creada por la Universidad de Stanford, ha tomado impulso en el sector empresarial en los últimos años. Esta metodología busca generar soluciones y crear productos innovadores y sostenibles, haciendo al usuario parte activa del proceso de creación.
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Para tal, primero, es fundamental empatizar con el usuario final, siendo él la principal fuente de información. Mediante la investigación de campo lograremos ponernos en los zapatos del usuario final y entenderlo plenamente.
Solo así, se podrá definir el problema en el cual nos vamos a centrar, para después idear una solución innovadora. En este punto es esencial dejar fluir la imaginación y aportar con ideas, por más absurdas que parezcan.
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Los últimos pasos consisten en prototipar las ideas más innovadoras y probar dicho producto con usuarios potenciales. Es decir, construir un prototipo que permita realizar pruebas piloto, y observar si es conveniente llevar a cabo la ejecución de la idea.
Ambos conceptos son clave al momento de desarrollar un modelo de negocios ético y rentable. Esta nueva mentalidad va ganando fuerza en las empresas, por lo que es importante mantenerse al tanto de metodologías que se sumen a este cambio innovador.