¿Es la violencia inherente?

Todos los días vemos las noticias y nos informan de una nueva situación que nos apena y nos asusta. Bombardeos, amenazas, desplazamientos, atentados terroristas, en fin, se han convertido en cotidianidad

En muchas ocasiones los actos violentos se perpetran por motivos religiosos y nacionalistas. “Algún día tendrán que terminar”, pensamos. Pero, ¿te has preguntado alguna vez qué es lo que genera esta violencia? No es tan sencillo como pensar en términos de bondad y maldad.

Nathan Digby, Ph. D en estudios religiosos podría tener la respuesta. En un ciclo de conferencias realizado en la USFQ con motivo del Día internacional del Yoga (21 de junio), Digby habló acerca de “¿Por qué se vuelve violenta la religión?”.

Bueno, según el experto existen una serie de factores que propician a que algunos grupos religiosos se vuelvan violentos.

Digby explica que por ejemplo “hay varios estudios que demuestran que en las cárceles cada acto de violencia ha sido propiciado por un evento de humillación”. Agrega que el sentido de humillación es un factor clave del surgimiento del fundamentalismo islámico.

Foto: Juan Pablo Racines

Los actos de violencia desencadenados por la humillación también están conectados con una ideal de ‘perfección absoluta’, que al mismo tiempo se enlaza con la idea de asco. Digby explica que “la posibilidad de sentir asco es normal”. Sin embargo, “cuando la experiencia que tenemos de humillación se conecta y desencadena esta sensación de asco […] tiende de llevar hacia la violencia”, determina.

Luego esta la visión apocalíptica que “es una visión en que vemos el universo dividido en dos partes. El bueno y el malo, el sagrado y el profano […] y esas dos partes son vistas como en un conflicto […] que tiene que llegar a un fin”, dice el experto. Y, el ver el universo como un “campo de odio” puede llevar a cometer actos atroces.

Nathan Digby exponiendo. Foto: Juan Pablo Racines

La purificación y el sacrificio son otros dos factores que menciona Digby. El Ph.D. explica que por lo general en las religiones existe un impulso a “transformarnos, a volvernos más puros, mejores”. Pero cuando se vincula con una visión apocalíptica se puede llegar a creer que es necesaria una transformación para cambiar algo que relativamente está mal. Entonces el pensamiento de “matar para transformar […] que puede ser una metáfora”,  afirma Digby, se vuelve realidad.

Por último, todo esto tiene que ver con la idea del sacrificio. Un sacrificio “es una manera de purificar”. Así las personas que perpetran actos violentos lo hacen motivados por la creencia de que sacrificándose a si mismos y a los demás serán más “aceptables para Dios”, determina el experto.

Pero más allá de la religión, Santiago Gangotena, Ph.D en física, considera que los condicionamientos también llevan a la violencia, ya no solo entre grupos religiosos.

Foto: Juan Pablo Racines

Según Gangotena los condicionamientos se crean por “percepciones y sensaciones que recibimos desde que nacemos y de forma continua”. Los condicionamientos crean “apegos” que “nos causan dolor” y son difíciles de romperlos.

Hay un condicionamiento que Gangotena considera que puede llevar a la violencia. Este es el nacionalismo, lo que nos hace pensar que somos mejores y genera desde pequeños actos de violencia hasta grandes conflictos. No somos conscientes de los condicionamientos, por eso pueden ser peligrosos.

Santiago Gangotena en la charla. Foto: Juan Pablo Racines

Entonces, hay mucho más detrás de un acto de violencia. No se trata simplemente de pensar que en el mundo existen personas buenas y malas. Como hemos visto, existen factores que pueden llevar a un grupo o a un individuo a cometer actos atroces, pues nadie nace odiando.

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