El burnout, o estrés laboral

Si bien el cierre de año se trata de épocas festivas, de compartir con la familia, de alegría y excesos, existe una paradoja importante a desenmascarar. Que si bien siempre se quiere evitar, es importante discutir al respecto. En el ámbito académico, se trata de época de exámenes y entregas de finales. En el ámbito laboral, se trata de rendición de cuentas, de cierre de inventario, de reportes anuales, etc. En general, actividades que definitivamente comprometen a mayor escala el esfuerzo de cada uno. Es común que dentro de los preparativos para las fiestas que simultáneamente cada uno debe llevar, se pueda caer en el síndrome de burnout o “síndrome de trabajador quemado”.

¿Qué implica el síndrome de burnout? Este síndrome es consecuencia de un estrés laboral extremo. Lo que ocasiona es un prolongado agotamiento físico y mental, que eventualmente llega a afectar incluso la personalidad y autoestima de la persona. No solo eso sino también tiene implicaciones en el día a día, pues es muy común que se sufra una pérdida de interés por sus actividades laborales. No solo eso sino a largo plazo provoca una reacción psicológica negativa hacia su ocupación laboral, lo que hace que la persona pierda mucha motivación y pasión por lo que antes lo llenaba. Aparte de la sobrecarga de actividades, este síndrome también es susceptible cuando se está expuesto a un ambiente laboral tenso, o cuando existen relaciones laborales muy conflictivas. Por lo mismo jamás estará de más, a pesar de que se tenga excesiva carga laboral, cuidar de la salud mental propia. Teniendo esto en cuenta, ¿cómo se puede identificar si se está atravesando por esto?

Uno de los primeros y principales síntomas, es el agotamiento físico y mental generalizado. Las señales son varías; e incluyen migrañas constantes, dolores musculares, problemas gastrointestinales, desregulación del ciclo menstrual en el caso de mujeres, entre otras. Y en cuanto al agotamiento mental, es común que se presenten síntomas como insomnio, estrés, ansiedad y depresión. Todos estos síntomas refieren al agotamiento que se da como consecuencia al exceso laboral.

Otro síntoma muy común en cuanto a este síndrome, refiere a la despersonalización y cinismo. Esto tiene que ver con el cambio en el temperamento y comportamiento del trabajador. S común que se tienda a adoptar una sensación de indiferencia y de desapego a las actividades que previamente interesaban, por lo que el compromiso en el trabajo se ve comprometido. El trabajador se encuentra irritado y deshumanizado, y empieza a ser su modus operandi. Por lo que también afecta en sus relaciones laborales.

Por último, otro síntoma muy importante dentro de esta condición es la disminución en la productividad laboral y desmotivación. Este es probablemente el más importante, debido a que tiene que ver con la poca sintonía que la persona empieza a experimentar con el trabajo, ergo la falta de realización personal a través de ello. Empieza a existir una importante falta de atención en las tareas que anteriormente parecían fáciles, olvido de tareas pequeñas y una general falta de interés en lo que se realiza. Esto se debe a que existe una incapacidad activa por sintonizarse con lo que se realiza en lo laboral.

Justamente debido a la imperiosa ambición y ganas de superarse que puede experimentar cada trabajador, es muy importante cuidar el ambiente de aquello. El síndrome de burnout es muy contraproducente, pues compromete todo el trabajo ya logrado anteriormente. Para estos casos, lo más recomendable es siempre cuidar nuestro ambiente laboral, y más importante, cuidar nuestra salud mental. Respetar el descanso y actividades de ocio, darles la debida importancia que tienen. De esa manera, se puede evitar pasar por este mal innecesario.

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