Entrevista a Pablo Lucio Paredes

Para poder analizar los efectos de la dolarización desde un ámbito económico se le hizo la misma entrevista a dos economistas que tuvieron una participación relevante en la dolarización Pablo Lucio Paredes y Alfredo Arizaga. La entrevista a continuación se hizo al reconocido economista Pablo Lucio Paredes, que es Director del Instituto de Economía y profesor de la Universidad San Francisco de Quito.

¿Que actividad desempeñaba usted cuando se adoptó la dolarización hace 20 años? 

Era docente en la ESPOL en Guayaquil, era fundador de la revista EKOS Economía y tenía un programa de economía en la TV, es decir muy cercano a los hechos económicos. Además hacia parte desde mediados de 1999 del grupo que impulsaba la dolarización y que fue promovido por Joyce de Ginatta y Dora de Ampuero. También vale recordar que el primer libro público sobre este tema, impulsando la dolarización, fue publicado por Franklin López Buenaño. 

¿Recuerda usted que estaba haciendo la noche de 9 de enero de 2000, cuando el presidente Jamil Mahuad anunció la medida? Cuál fue su reacción? 

Obviamente estaba absolutamente atento a su anuncio. Recordemos que en ese momento se habían planteado tres alternativas. Uno, tener una regla monetaria estricta lo cual probablemente no hubiera funcionado, porque de hecho el Banco Central sí podía estar sometido a esa disciplina y no se lo lograba. Dos, la convertibilidad como en Argentina, es decir una regla monetaria aún más estricta en que cada sucre debía estar respaldado en dólares a un cierto tipo de cambio fijo, posibilidad también complicada porque siempre había la posibilidad de imprimir sucres rompiendo esa regla. Tres, la dolarización que no es una regla, sino un sistema diferente en que el sucre es reemplazado por el dólar. Sinceramente pensaba el Presidente Mahuad anunciaría lo segundo, fue una gran sorpresa pero una gran satisfacción que haya escogido la dolarización. Mucha gente no estaba de acuerdo en particular en el Banco Central y en el exterior.

Usted fue parte de un reducido grupo de personas que proponía que se adopte la dolarización. ¿Por qué pensaban que la dolarización iba a ser buena para el país? 

Porque pensaba que sucedería lo que ha sucedido. Inflación baja con todo lo positivo que eso trae. Trabajo en dirección de productividad en lugar de la especulación. Mayor equidad porque así ricos y pobres están al menos cubiertos por el mismo paraguas monetario. Y finalmente que ya no se utilizará la moneda, y por ende la inflación y la devaluación, para transferir riqueza entre grupos sociales de manera disimulada.  

Me imagino que también tenían temor de algunos problemas que iba a generar la dolarización. ¿Cuáles eran estos temores? 

Había uno muy importante y es que la gente fuera a los bancos a seguir retirando, ya no sucres, sino dólares! Obviamente los primeros se podían imprimir, los segundos no, hubiera sido catastrófico. Pero la confianza de la gente cambió inmediatamente y ese potencial riesgo no se dio. Lo segundo es que debía darse inevitablemente un periodo de inflación en dólares (por la diferencia entre la inflación en sucres y la devaluación de los 2 años anteriores) y eso podía socavar la confianza en el dólar. El fenómeno se dio, la gente se inquietó, pero nada más.

Después de 20 años de vigencia de la dolarización, ¿cuál es el balance de efectos positivos y negativos? 

Exactamente lo señalado en el punto 3 en varios aspectos positivos. Con el lado negativo que también era conocido y reconocido: cuando el dólar entrara en un ciclo de apreciación (como sucede actualmente) el Ecuador perdería competitividad de precios. Además había el riesgo, que también se dio durante 10 años, de que el Gobierno tratara de “librarse” de la disciplina de la dolarización, vía indisciplina fiscal, más gasto, más deuda, aumento excesivo de salarios, intentar emitir dólares virtuales sin respaldo, etc. Se dio todo eso pero la dolarización resistió.

¿Cuanto tiempo de vida le augura a la dolarización y que podría poner en riesgo su estabilidad? 

Hace unos años escribí un libro llamado “La Dolarización, un amor eterno?”, y eso creo, puede ser un amor eterno (aunque mañana pueda ser otra moneda sólida en lugar del dólar, o también se podría dejar a los ciudadanos la libertad de usar la moneda que prefieran). Nos evitará los impactos nefastos de políticas populistas. Nos ayudará a navegar a través de ciclos mejores o peores. Sobre todo nos permitirá trabajar en productividad económica, social e institucional. Sin duda, siempre estando conscientes que una mejor moneda no puede resolver todos los problemas ni ser una panacea para el desarrollo, es necesaria pero no suficiente, nos da una estabilidad de base pero no nos evita el esfuerzo de construir algo sólido  sobre esa base. Y también estar conscientes que cuanto más apliquemos ciertos preceptos básicos, más útil es una moneda fuerte: salarios y en general mercados flexibles, políticas contracíclicas (es decir fondos de ahorro) que nos eviten caer en la trampa de los excesos en las épocas de auge (peor en un país de materias primas volátiles como el nuestro). Pero en realidad la dolarización se defiende bastante bien sola, y tiene un solo gran enemigo: el que se quiera obligar a los ciudadanos a recibir una moneda que no deseen.

¿Cómo sería una hipotética salida de la dolarización y cuál sería su impacto en la gente? 

Muy muy grave. Debería empezar con una especie de congelamiento dentro de la banca y dentro del país, para evitar que la gente quiera salvar su dinero ante una posible desdolarización. Eso, en sí mismo, ya es gravísimo desde todo punto de vista. Y vendría el resto: inflación, devaluación, desconfianza, pérdida de ahorros, retorno a la especulación, retorno al cortoplacismo, etc. Menos opciones de desarrollo en definitiva y eso, sobre todo, para la gente de más bajos recursos.

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