La población de perros se duplicó en el 2018

Si dos perros se reproducen dos veces al año y tiene camadas de 16 cachorros y estos perros siguen el mismo patrón que sus progenitores, en siete años habrá 60 mil perros partiendo de una sola pareja.

Los perros son producto de una selección artificial de los humanos por un proceso de domesticación de lobos hace miles de años. Por eso, como responsables de esta especie, los humanos debemos ser conscientes de las consecuencias de nuestros actos. La USFQ hizo la primera primera propuesta de hacer un censo de perros en Quito, bajo la supervisión de Stella de la Torre, decana del Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales. Los resultados del proyecto fueron impactantes.

De la Torre tiene 11 perros que considera sus hijos, cada uno con una historia de abandono diferente. “Estas historias no deben repetirse”, cuenta “hay una sobrepoblación de perros y la gente no puede cuidar de todos, por eso son abandonados”.

Los perros son animales sociales y una de las consecuencias más importantes de este problema es el sufrimiento de ellos después de perder a su familia. También, no tienen alimento fácil y son más susceptibles a contraer infecciones y enfermedades por buscar entre la basura o materia muerta. Estas pueden ser fácilmente transferidas a las personas.

Tomando fotos del mapa poblacional. Foto: Sara Fuentes

Es importante considerar que los perros son depredadores por descendencia; por lo tanto, en situación de hambre tienen que cazar. Muchas veces comen especies de fauna nativa como pájaros, conejos en los páramos, entre otros. Por eso, hay una reducción de estos animales. De la Torre dice que no hay números específicos que midan las consecuencias pero que si hay reducción de poblaciones de diferentes animales a causa de esto. Uno de ellos son los zorros de páramo que pierden comida por que hay más competencia de especies.

El trabajo de ella y sus estudiantes se basó en la metodología de una tesis de maestría del COCIBA realizada en el 2013 por Jaime Grijalva. “Como ciudadanos queremos aportar a la solución de este problema, y para eso debemos saber la población a la que nos estamos enfrentando”, manifiesta de la Torre.

El primer paso fue asignar 4 colores a las parroquias urbanas y rurales de Quito. Después, aleatoriamente se escogió un color por parroquia. El censo se realizó en 16 parroquias en total, ocho urbanas y la otra mitad rurales. De ese lugar se recorre 5 km alrededor de cada una desde las 04h00 a 06h00 am al mismo tiempo en dos días diferentes. Esta hora se escogió para evitar el tráfico especialmente en la ciudad.

Auditorio Centro de Arte Contemporáneo, Montevideo (antiguo Hospital Militar). Foto: Sara Fuentes

De la Torre dice que “físicamente es imposible que una persona pueda recorrer más de 60 parroquias del distrito contando cuántos perros hay. Por eso hay que hacer un muestreo aleatorio para poder tener la confianza suficiente en los resultados sin sesgar con preferencias”.

Los estudiantes y la decana del COCIBA replicaron este proyecto. La gente fue de forma simultánea y registraron la información usando una aplicación donde tomaban fotos a los perros encontrados. De esta forma capturan al animal y se registra dentro de la aplicación. Al segundo día de realizar el recorrido se vuelven a capturar fotos de los perros; los que han sido recopilados, ya se quedan registrados en el sistema con la hora, sexo y coordenadas exactas de donde fueron encontrados.

Luego, por un método matemático se calcula los perros capturados y los recapturados para calcular la cantidad de animales que hay por el sector recorrido. Los resultados mostraron que desde el censo que se realizó en el trabajo de titulación (2013) hasta ahora (2018) la población de perros ha duplicado.

Pedro Aponte, profesor de la USFQ. Foto: Sara Fuentes

Hace cinco años había un perro por cada 44 personas. Ahora hay 22 perros por cada una. Este es un promedio de todos los radios encontrados en las diferentes parroquias de Quito. “No nos quedamos contentos con los resultados”, afirma de la Torre. Por eso, hicieron un aporte adicional haciendo un censo diferente. En este caso, con el apoyo de diferentes colegios de Quito, recorrieron cada 1 km de la ciudad a dos horas diferentes. Encontraron entre 15 y 30 perros por kilómetro en zonas urbanas.

Por otro lado, Pedro Aponte, profesor del COCIBA USFQ está trabajando en un proyecto que podría cambiar esta problemática. Se trata de una inyección para esterilizar a los perros callejeros por una larga duración en una manera más económica y efectiva.

Para esterilizar a estos animales se trata de una cirugía general en donde los cuidados post operatorios de los perros es muy importante. Por eso, su propósito es aplicar técnicas que tengan una mínima intervención en los animales.

Organizadoras del evento. Foto: Sara Fuentes

Desde los seis meses de edad, los perros ya pueden reproducirse porque su cerebro empieza a dar señales hormonales por medio del hipotálamo. Entonces, la inyección atacaría específicamente a esta parte del cerebro. El propósito es neutralizar las hormonas sexuales de manera que no se produzca testosterona (que generan los espermatozoides) y lo mismo en las hembras. Las pruebas van a realizarse en ratones para observar la efectividad de las vacunas. Si todo sale bien, Aponte espera poder lanzar la vacuna en mínimo dos años.

Aunque hay nuevas tecnologías para mejorar la vida de los animales, es importante considerar lo que se puede hacer en este momento. La lista de acciones que da la profesora de la Torre consiste en crear normativas y leyes en contra del abandono de los animales, crear educación y conciencia sobre las consecuencias del mismo y seguir controlando las poblaciones por medio de investigaciones.

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