Un guardián de los no videntes

  Por: Carla Sánchez
 Estudiante de Periodismo USFQ

De postura erguida, con la mirada al frente y de rápido caminar siempre dirigiéndose a clases, se lo observa Jorge Chicaiza en la universidad. Un joven no vidente de 23 años que ha batallado por ser tratado al igual que una persona sin discapacidades. Actualmente, cursa su tercer semestre de la carrera de Jurisprudencia en la Universidad San Francisco de Quito

Revisando las estadísticas, para la Secretaría Técnica para la Gestión Inclusiva en Discapacidades (Setedis), Jorge es uno de los 5.053 jóvenes con discapacidad que cursan los estudios superiores, únicamente el 7% de personas con discapacidad en el Ecuador. Jorge optó estudiar esta carrera debido a que una de las metas importantes que persigue, es eliminar las barreras arquitectónicas de la ciudad, como: escaleras, postes, puertas, ascensores, etc. Severas limitantes para la circulación normal de los no videntes y que son un riesgo letal.

Nada ha sido un limitante para él porque reconoce que “los seres humanos somos increíbles, normalmente nos vamos adaptando a todo lo que tenemos” y él es un gran ejemplo de aquello. Desde su niñez comenzó a trabajar de comerciante en buses. Así ha aprendido a “no quedarse quieto. Así se va enseñando por dónde quedan las puertas, cuáles son las calles, dónde son los caminos y todo tipo de rutas”.

Jorge encontró la beca de estudios Eloy Alfaro, un programa que financia estudios de nivel técnico o tecnológico y tercer nivel. Se otorga a grupos prioritarios, históricamente excluidos o discriminados y aquellos a los que, por mandato de la Ley, le corresponde este derecho a fin de garantizar su acceso, permanencia, movilidad territorial, egreso del sistema de educación superior a través de mecanismos de inclusión y equidad social. Sin embargo, Jorge no contó con este sistema a partir de su niñez ya que “desconocía de la ley, y ahora que la conozco, estudio como manejarla en beneficio de los más necesitados”.

Sencillas acciones como su contacto con la escritura, lo hizo por medio del braille, una escritura desactualizada e ineficaz para la vida universitaria; y su relación con la comunidad gracias al bastón. La jurisprudencia es una carrera de constante lectura y comprensión, Jorge debe leer un aproximado de 15 o 30 hojas diarias para reforzar conocimientos, actividad que la hace con mucha responsabilidad, pero, sobre todo con mucha emotividad.

Pues utiliza joost y voice over, lectores de pantalla que sincronizan dispositivos y documentos en audio que le permiten estudiar, leer e informarse sobre el mundo de la jurisprudencia. Consciente de las dificultades, Jorge desea ayudar a los más necesitados para que tengan una vida con menos obstáculos.

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