“Un periodista es un ser renacentista”

Diego Fonseca es editor asociado de “Etiqueta Negra”, hace lectorías, edita libros y escribe ficción y no ficción. Un diálogo para hablar de verdad, ética y el futuro del periodismo.

Foto Alessandro Bo/Esquire Latin America

El argentino Diego Fonseca se dedica a contar historias. Él describe la edición de forma muscular –porque se escribe con todo el cuerpo– y mandibular ,–porque se mastican las historias–. Antes de escribir, escucha blues o rock para encontrar su tempo. Cuando redacta, prefiere tener un ruido blanco que lo acompañe y, a veces, sus pies bailan solos al recuerdo del disco “Ziggy Stardust and the Spiders from Mars” de David Bowie. En su maletín siempre habrán cuatro bolígrafos distintos, donde cada uno cumple una función: subrayar, escribir, firmar y tomar notas.

Diego Fonseca es editor asociado de “Etiqueta Negra”, hace lectorías, edita libros y escribe ficción y no ficción. Entre sus libros publicados están: “Hamsters”, “Crecer a Golpes”, “La Vigilia”, “El azar y los héroes”, “Joseph Stiglitz detiene el tiempo”. Desde su experiencia como escritor de ficción y de no ficción, Fonseca habla sobre la verdad, la ética y el futuro del periodismo.

 ¿Qué te llevó a seguir una carrera tan difícil, pero apasionante?

Cuando terminé el colegio, lo hice con la claridad conceptual sobre qué hacer en el futuro que tiene cualquier persona de 17 años. Entonces, me pre inscribí en medicina, arquitectura, derecho, comunicación social y biología. El momento de epifanía vino cuando mi padre tenía un programa de Jazz todos los sábados. Un día voy a verlo a la radio y lo veo con el micrófono y no sé qué factor químico me provocó que dije: ´esto quiero hacer´. Como siempre me gustó escribir dije: ´tal vez   en el periodismo tenga chance y a mí siempre me ha gustado contar historias. El periodismo me resultaba muy natural.

 ¿Cómo fusionas tu estilo de la narrativa de ficción y no ficción?

Me gusta jugar con la idea de que nunca usamos la misma persona por lo que, dependiendo de las circunstancias, operamos de distinto modo. Creo que  a la hora de contar historias de ficción opera otra lógica, aunque todas mis historias de ficción parten de la no ficción, de observaciones y de reportería. En la no ficción, uno administra los elementos de la realidad, mientras que en la ficción uno es dios: crea un orden divino verosímil, donde tiene la potestad de jugar, crear y matar personajes a su juicio y deseo.

 ¿Dónde queda la verdad al momento de hacer reportería?

La verdad absoluta no existe. La verdad es un juego de puntos de vista en disputa, narrativas en conflicto y en competencia. Un mismo hecho mirado por doce personas distintas va a tener doce versiones y ninguna es falaz. Todas son verdaderas a su modo. El único punto central es que los hechos están ahí y la significación de los hechos es realizada a partir de la cultura, las creencias. Cada intento de escribir la realidad es un intento más de intentar representarla.

 ¿Qué opinas de los códigos de ética?

Creo que uno siempre tiene que ser honesto y ya. Honestidad significa no mentir, no forzar los hechos, reflejar los puntos de contradicción, no dañar a alguien ni re victimizar a la víctima y que por tu propio beneficio no usufructúes de los demás.

 ¿Cómo reproducir información en los nuevos medios digitales?

Todo está en el método. Poner fotos de perros, memes o listas no es hacer periodismo. El periodismo implica reportería, investigación, documentación, chequeo de fuentes, cruce de información, etcétera, etcétera.

 Yo sí creo que los medios tradicionales pueden llegar a reproducir información de calidad potente y bien trabajada. Si es que un periódico que publica lo que pasó el día anterior deja de hablar de noticias y se enfoca en una selección de información más corta, su edición tendrá más cuerpo y profundidad. Hay que cambiar la aproximación sobre el modo en que se está reproduciendo la información.

 ¿Es prescindible regresar al pasado, a lo que antes era este oficio?

Claro que sí, porque si es que no, todo está perdido. Un periodista es un ser renacentista porque si no lee simplemente no va a escribir bien. Si no lee, su mundo es muy corto, muy limitado y no va a poder crear analogías ni comparaciones. Lo primero que se debe hacer es recuperar la capacidad de lectura. Se acabó el tiempo del pleno empleo, este es el tiempo de la plena empleabilidad, donde yo, como sujeto, debo formarme para tener la capacidad de ser atractivo para que los que estén allí quieran captarme. En cierta medida es volver a lo clásico, en que los individuos se desarrollaban más allá de la relación laboral y el compromiso de la empresa para formarlos o no. Es tu nombre y tu prestigio lo único que tienes para armar tu carrera. Tu decisión debe ser: o quiero hacer las cosas bien conmigo mismo, o ser un burócrata que teclee.

 Ante la declaración del presidente Correa, de que la prensa en Latinoamérica es mala, muy mala, ¿qué opinas?

Eso también lo pienso yo. Sí, hay mucha prensa muy mala en América Latina, pero yo no voy a estar suprimiendo a la prensa per se. Lo que la prensa tendrá que hacer es ser buena, muy buena. Eso tiene que ver con la formación de la prensa, pero no creo que  eso me habilita a decidir qué es lo correcto.

 Intervenir en aquello que debe ser publicado me parece un grosso error de formación democrática. Lo que creo que este presidente quiere decir, tal vez, es que si por él fuera, publicaría lo que él cree que está bien. Cuando el poder se mete con la libertad de los individuos de lo que se puede decir, hay serios problemas.

 Si un presidente ve que hay prensa mala, muy mala, lo que tiene que hacer es tratar de ocuparse de su propio metier, que es hacer un gobierno bueno, muy bueno. Al presidente Correa lo eligieron como presidente  y no como editor en jefe de los ecuatorianos. Punto.

 ¿Qué hacer como futuro periodista?

 Es muy difícil controlar un río abierto como es Internet. A mí me interesa mucho que la gente rompa esos determinismos geográficos. Aún así, los nativos digitales buscan publicar en su medio impreso local, cuando hay un mundo ancho allá afuera en el cual publicar. Hay que empezar a ver que tus historias tengan la capacidad de trascender tu casa, tu barrio, la ciudad en la que estás y tienen que volverse universales. Hay que pensar localmente, pero tener la capacidad de que las historias viajen más allá de eso.

 ¿Cuál es la maldición más grande de un periodista?

Creer que lo sabe todo.

 

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