Prohibido ser solo espectador

El grupo de danza de la USFQ y su directora, Marcela Correa, viajaron a México este pasado abril para presentar ‘Cuerpo Intuitivo’ en el Festival Internacional de Danza Contemporánea Red Serpiente. El 11 de abril se presentaron en Morelia, Michoacán, y el 15 en el Teatro Santa Ana de San Miguel de Allende. En este mes de junio, presentarán la obra en Quito los días 4 y 5 en Espacio Vacío (edificio Ispade).

El grupo de danza ‘Tal Vez’ conformado por bailarines estudiantes de la USFQ y profesionales externos se caracteriza por presentar obras que rompen formalismos de la danza. Sus obras incorporan elementos o técnicas que no solo deleitan al espectador, sino que le hacen partícipe de ellas. Su trabajo más reciente, ‘Cuerpo Intuitivo’, a base de improvisación pura, rompe la norma del público como espectador. De hecho, el público interactúa directamente con aquellos en el escenario, ya sea para guiar al bailarín con un palo de madera, o para escoger el final de la obra.

Marcela cuenta que este viaje a México fue la primera salida del grupo ‘Tal Vez’ a un festival a nivel internacional. Tanto los bailarines como la obra recibieron críticas positivas y hubo una gran participación del público. “Estaban con los pies listos, prendidos para treparse y bailar.”

Una entrevista con Marcela Correa acerca del origen de ‘Tal Vez’, su experiencia en México y la propuesta de esta obra interactiva.

¿Cómo se formó el grupo de danza?

El grupo se formó gotita a gotita. Primero trabajamos con los estudiantes de aquí con formación muy bajita de danza y con poca seriedad, sobretodo. Es decir, faltaban al ensayo o la presentación porque tenían una fiesta. Entonces era complicado. Creo que el ir manteniendo la constancia fue haciendo que la gente vea esto de una manera más seria. Luego también fui contratando gente de fuera. Se dio más seriedad  y ahora es un grupo mixto entre gente profesional del medio y estudiantes; sin embargo, ya es un grupo considerado profesional.

Foto: Juan Pablo Viteri
Foto: Juan Pablo Viteri

¿Por qué el nombre ‘Tal Vez’?

Inicialmente, me pregunté ¿qué es lo que me identifica? Me puse a pensar y dije: “Bueno, tal vez vengan los bailarines; tal vez tenga un lugar donde ensayar; tal vez me den el auspicio; osea es como una zozobra constante. Después me di cuenta que también el arte contemporáneo, el arte actual, es un constante tal vez. Creo que una de las reglas para ser un artista y mantenerte activo como artista es vivir en ese estado de ´tal vez´, no formalizarte ni encontrar una fórmula y ahí quedarte. Más bien todo lo que vayas creando tienes que olvidarte que existe y volver a empezar. Por otro lado, ‘Tal Vez’ es como un nombre no pretencioso y creo que para ser un buen artista también es importante borrar la actitud de ego; por el contrario sentir que estás en la vida porque estás y nada más. Algo así.

¿Cómo surgió ‘Cuerpo Intuitivo’ y cuál es su propuesta con esta obra?

Yo creo que como tengo mi educación en danza terapia, por ahí ha ido surgiendo todo, porque la primera obra que hicimos fue ‘La Escucha’ a partir del movimiento auténtico, que era mi especialidad como danza terapeuta. Era una obra que consistía en estar con ojos cerrados y la escucha corporal de uno mismo. Luego pretendí volver a hacer algo así, sin embargo, los bailarines ya no se conectaban tanto con esta forma tan interna de trabajar. Entonces comencé a buscar como métodos más externos, por decirlo así, de improvisación. Me fui enganchando con la improvisación pura que es la que hacemos con ‘Cuerpo Intuitivo.’ Claro que al hacer improvisación pura tocó estudiar otros elementos, como son los elementos del uso del espacio. O sea si es que vas a improvisar en escena con cinco bailarines más ¿Cómo no te chocas? ¿Cómo hago para que no haya cinco bailarines apiñados en una esquina y el resto del espacio vacío? Luego ¿cómo decir algo que sea interesante? Saber que todo lo que dices surge de algo interno. Eso es lo que llamamos improvisación pura con métodos que no tienen que ver con esta parte de la danza terapia que es más emotiva. ‘Cuerpo Intuitivo’ se mantiene en esta cuestión de la improvisación pura.

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Foto: Juan Pablo Viteri

¿Por qué decidió incluir la participación del público en la obra?

Porque los estudiantes de la USFQ son unos aburridos y no querían ver danza. Entonces yo decía ¿Qué pasa? ¿Cómo hago? Lo que les gusta a ellos en realidad es el teléfono, el celular. De ahí surgió la idea interactiva, donde ellos en lugar de apagar el celular lo mantenían prendido. Ahí empezaron estas ideas interactivas donde el público podía participar. Por otro lado, claro, es muy fácil que el público se siente, nos mire y después salga a criticar. Es cómodo. Pero ¿qué pasa si tú también tienes que actuar? Esos son los dos lados: uno, cómo engancharlos y otro, cómo hacer al público un ente más responsable. De hecho, en el viaje a México lo que más gustó fue, lo que ellos llamaron, activación de públicos y les gustó nuestras propuestas por eso.

¿Por qué se tomó la decisión de incluir en la propuesta música en vivo?

Es mucho más rica la experiencia con música en vivo. Además, se complementa la idea de improvisar, porque el músico también improvisa con los bailarines. Mientras que en la música ya escrita, el bailarín improvisa dentro de ese condicionamiento.

¿Cómo surgió la oportunidad de viajar a México?

Xavier Pérez ha iniciado un proyecto llamado ‘Taxi’. ‘Taxi’ trata de aunar a toda Latinoamérica, entonces Xavier está constantemente trayendo bailarines, llevándolos a Colombia, armando algo en Colombia para que luego se presente en Ecuador. Entonces él nos propuso y mandó nuestras carpetas a todos los distintos festivales que conoce. Gracias a él pudimos entrar en estas conexiones de festivales que es tan difícil y uno de los festivales que justamente estaba armando algo con el público vio nuestra propuesta y se interesó. Ellos nos mandaron la invitación directamente.

¿Cómo fue la experiencia como grupo y la suya como maestra en México?

Lindaso, como dicen (risas). Primero, porque ésta es nuestra primera salida oficial a un festival tan grande, tan importante a nivel internacional. El grupo andaba enfermo. A una le dolía la barriga, el otro no podía dormir, el otro tenía no sé qué…Creo que todo era porque sabíamos que nos confrontábamos a la crítica seria y dura. Para mí era muy importante porque iba a confrontar mi trabajo que yo creo que es muy chévere con otro nivel de expectativa, de espectadores, etc.

Después como grupo fue muy chévere. En los viajes se ahondan los procesos de conocerse entre nosotros y de saber si mismo somos un grupo que puede seguir saliendo adelante o no. Y eso se reafirmó totalmente y también la propuesta, porque la crítica fue excelente en México.

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Foto: Juan Pablo Viteri

¿Cómo ves la acogida y el espacio que se le da a la danza en México versus Ecuador?

En México hay tanta danza, hay tanto dinero para la danza. Hay una red de festivales anuales que tiene más de 20 festivales. Además, el estado mexicano genera becas para proyectos. Lo que no sucede aquí. Acá es muy restringida la cantidad de recursos económicos a los cuales se pueden acceder.

Por otro lado, yo creo que está tan estructurado, tan escolarizado México, que también sufre de un exceso de formalismo en la danza. Nosotros somos como más libres, pero tú ves que allá todavía hay una nota que los bailarines tienen que ser bailarines formales.. Eso es lo que yo vi. Dicen que en el DF hay más apertura y después dentro de las discusiones que veíamos decían que está tan formateado todo que no se dan los verdaderos encuentros humanos entre los bailarines y los coreógrafos. Entonces el festival es tan grande que no hay espacio para esa relación humana. Es muy interesante, porque aquí es bueno que eso no se ha dado todavía y hay que tener consciencia de hasta dónde queremos llegar.

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