Carlos Montúfar: “Quiero que la USFQ siga siendo el Harvard de América Latina”

El viernes 29 de mayo, Carlos Montúfar y Ximena Córdova fueron electos rector y vicerrectora de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ) por los profesores, administrativos y alumnos. De un padrón total de 5.093 electores, sufragaron 3.772 personas, lo cual constituye una participación del 74 % de acuerdo a las cifras del Tribunal Electoral. El binomio Carlos  Montúfar/Ximena Córdova obtuvo 3.482 votos y se registraron 61 votos blancos y 229 nulos.

El proceso electoral se llevó a cabo en cumplimiento de la Ley Orgánica de Educación Superior, que dispone elegir los rectores y vicerrectores de las universidades por medio de la votación universal, directa, secreta y obligatoria de la comunidad universitaria. El cargo de rector se ejerce por 5 años, con opción a una reelección. Montúfar no está de acuerdo con ese mecanismo para la designación del rector, pero aceptó el reto de ser candidato para defender el modelo de Artes Liberales. Una entrevista al nuevo rector de la USFQ.

¿Aceptó la candidatura al rectorado para defender a la universidad de artes liberales?

Totalmente. Me lancé para mantener la continuidad, que no se pierda el valor fundamental de la San Francisco que son las Artes Liberales y el emprendimiento, ese toque de locura, eso que hace de nuestra universidad tan distinta del resto de universidades en América Latina. Es facilísimo que todo eso se pierda, porque quienes pregonan la especialización quieren acabar con el Colegio General. Desde que yo estoy aquí, hace 26 años, he defendido las Artes Liberales.

¿Cómo defenderá el modelo de la San Francisco frente al proceso de homogeneización de la educación superior por parte del Estado?

Por suerte tengo una muy buena relación con las autoridades. Creo que poco a poco se están dando cuenta de que el excesivo hiper control se les está yendo un poco de las manos. Hubo pésimas universidades, que tuvieron que cerrar, y por eso los controles. Por eso pagamos justos por pecadores. Pienso que tenemos que trabajar con todas las instancias universitarias que se han formado para tener una voz y lograr una reforma a la Ley Orgánica de Educación Superior y que la universidad privada recupere su autonomía.

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 ¿Cuáles serán las principales metas que piensa alcanzar como rector?

Mantener el concepto de Artes Liberales, fortalecer la investigación en lo cual ya somos número uno, seguir contratando a los mejores profesores, no dejar que la política y la división entre a la universidad, apoyar al estudiante al máximo posible, mantener los programas internacionales y hacer un lobby con otras universidades privadas para defender el derecho de la educación universitaria privada en el Ecuador.

 ¿Usted ha sido candidato en elecciones en las que no cree?

Eventualmente hay que pelear para que se elimine la política dentro de la universidad. Yo he caído en la trampa de ser candidato en algo en lo cual no creo, porque prefiero ser designado rector a ser electo, como es en las grandes universidades norteamericanas que son nuestro modelo. Allá se deben a quien les designa. El rato que un rector se debe a sus empleados hay un conflicto de intereses. Supongamos que hubiese habido más de un candidato –ningún otro se presentó-, se hubiera dado una competencia de ofrecimientos de campaña; se hubiera caído en la política, y eso destruyó las universidades en los 60s.

 ¿Evitará que entre la política en la USFQ?

Fue sabio de la Ley Orgánica de Educación Superior establecer que los decanos sean designados por el rector. Lo que sí hay es el Concejo de Gobierno Universitario en el cual el rector y su equipo tienen minoría con respecto a los profesores, administrativos y estudiantes. El trabajo ya no es de manejar la universidad, ahora hay que trabajar con este Concejo. La Ley dice que el rector, vicerrector y los demás miembros de este Concejo son sujetos responsables civil y penalmente por todo lo que ocurra en la universidad. Esto implica mucha responsabilidad. No hay como jugar.

 Usted habló de continuidad. ¿Cambiará algo bajo su rectorado?

 No pretendo mantener el status quo; sí quiero fomentar más investigación y fomentar mucho más la eficiencia en la universidad. El trabajo del Santiago ha sido fabuloso, es irreplicable, eso hay que conservar. Pero este crecimiento, del cual yo he sido parte, necesita más controles de eficiencia, lo cual ya nos está exigiendo el CEAACES, que está viendo que cumplamos con el Plan de Mejoramiento Institucional.

Hay que ser más eficientes. Vamos a poblar el Paseo San Francisco, porque con los datos que nos dio Diego Gabela, el Decano de Admisiones, tendremos un incremento, no excesivo, pero importante de alumnos. Lo interesante es que son alumnos de primera. Es obvio que siendo clase A, atraigamos a los mejores. Hemos subido la vara en el examen de admisiones y aún así tenemos mejores alumnos. La otra cosa es lograr fondos para más asistencia económica, lo cual voy a coordinar con Jorge Gómez. Crear un fondo, aparte de la universidad, exclusivamente para apoyar a todos los ecuatorianos brillantes. Eso es lo que planeo hacer: mantener a la USFQ como la mejor universidad y seguirla mejorando en todos los aspectos que se pueda. En realidad no hay un cambio de timón.

 ¿Cuál será el papel de Santiago Gangotena de ahora en adelante?

Santiago tendrá un papel importante. Él será el canciller. Nuestros nuevos estatutos tienen las figuras de canciller y vicecanciller, quienes tienen un rol fundamental: velar para que se mantenga la misión y visión de la universidad. Lo lógico sería que tenga voz y voto, pero la Ley no lo permite. Solo puede tener voz. Hemos acordado en que él me ayude en todo lo que es imagen institucional, que es lo que él hace excelente; todo lo que es apoyo a programas internacionales. El canciller, como fundador principal de la universidad, seguirá llevando el espíritu de la USFQ como su embajador, dentro y fuera del país. Hará todo lo que en definitiva yo como rector le puedo delegar. El Santiago se queda, no se va a ningún lado.

 ¿Cómo se imagina a la USFQ cuando usted termine su periodo de rector?

Yo quisiera ser rector solo un periodo adicional, no más, porque también quiero vivir. Mi idea es estructurar a la universidad, dejarla bien acoplada a la Ley para que ella no sea un estorbo; nos manejaremos con nuestra visión dentro de lo que la Ley permite. Los órganos de control ya nos ven a nosotros como la vara, somos el ejemplo en muchas cosas. Tenemos que seguir siendo ese referente. Ya estamos muy bien posicionados  en el ranking QS; nuestra escuela de negocios es de las mejores. Quiero que la USFQ siga siendo el Harvard de América Latina.

 ¿Usted piensa que la USFQ es la mejor universidad de América Latina?

Sin duda. Hay universidades espectaculares como la Católica de Chile y muchas otras, pero son instituciones formales, armadas con la filosofía educativa del siglo XX, casi napoleónico. Y hacen bien lo que siempre han hecho: forman profesionales, quizá memoristas, acoplados, especializados. La San Francisco forma individuos, dándoles las destrezas necesarias, y en eso sí somos únicos.

 En los últimos años, la USFQ ha crecido de una forma extremadamente rápida. ¿Cómo manejar ese crecimiento sin sacrificar la calidad?

La universidad tiene que tener un número clave: muy pocos alumnos no pueden sostenerla, muchos desvirtuarían el sentido de nuestro trabajo. Tenemos un número clave en el que nos hemos proyectado: 10 mil o 12 mil alumnos. Con eso se puede financiar y mantener todos los programas.

 La universidad es una élite. Se ha vendido en el país la idea de que hay que mejorar el sistema universitario como si esa fuera la meta educativa para todo el mundo. Es un gran error. No todos los graduados de los colegios secundarios tienen que ir a la universidad. En el Ecuador hay que establecer una red de community colleges o escuelas tecnológicas, como en el sistema alemán o norteamericano. La Universidad, especialmente la San Francisco, tiene que ser una élite intelectual que represente a todo el país.

 Una última pregunta, ¿la universidad, por concepto, tiene una responsabilidad con las libertades de una sociedad?

Totalmente. La esencia de una universidad de Artes Liberales es formar individuos libres. Saber el balance entre el egoísmo y el altruismo. Preparar al individuo para que siga preparándose y sea libre, dentro de la sociedad. Ser libre es extremadamente difícil, más fácil es ser borrego. Ser libre implica cometer errores. Los sistemas sin libertad no funcionaron, colapsaron, porque en el fondo gana la emoción y lo imperativo del individuo. La libertad es lo más importante de todo, esa debe ser la bandera de cualquier proceso educativo.

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