COMO SER NIÑOS EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Dra. Lorena Gia

Cuando somos niños nos gusta jugar a que somos grandes, fingimos tener una profesión o un oficio, jugamos a resolver problemas, simulamos tomar decisiones, y siempre estamos felices, sonriendo, jugando, ansiosos de tener más años, desesperados por ser independientes. “Cuando somos niños tenemos muchos sueños”

Durante este año y 3 meses de pandemia, todo el proceso de crecer cambió totalmente, ya que todos nos hemos visto afectados en todas las formas y los niños no han sido la excepción, nuestros guerreros valientes tuvieron que aprender a vivir con esta nueva realidad, cuidándose, utilizando mascarilla, lavándose las manos más frecuentemente, utilizando alcohol o gel de alcohol dentro y fuera de casa, y muchas veces pidiendo a los adultos que para tocarlos primero se limpien las manos. Como si fuera poco lejos de la escuela, de sus compañeros, maestros, sin poder ver a sus abuelos, primos, tíos y en muchos casos sufrir la perdida de sus seres queridos y algunas ocasiones hasta de sus padres. Como resultado de esta realidad estamos viendo niños con temor a salir de casa, con síntomas como dolores de cabeza, abdominales, de espalda, en los cuales la causa más frecuente es el estrés al que se someten diariamente, por lo antes mencionado.

En este proceso tan difícil de sobrellevar las cifras en el Ecuador no son alentadoras, siendo el segundo país en la región con la mayor tasa de desnutrición, en los niños menos de 5 años , 1 de cada 4 la presenta, la situación es más grave en la niñez indígena, si tomamos en cuenta que las secuelas de la desnutrición duran toda la vida, los niños que la padecen tiene menos probabilidades de tener logros educativos, menores ingresos económicos en la vida adulta, lo que afecta el desarrollo social y económico de las comunidades y el país. Los esquemas de vacunación también se han visto afectados. Ya sea por falta de vacunas esenciales o debido a que ciertas vacunas no han sido distribuidas por el ministerio de salud en algunos meses, o porque a los padres por temor se sacar a los niños fuera de casa no los han llevado a los controles y la aplicación de estas.

En cuanto a la educación encontramos que la Unicef calcula que 90.000 niños han dejado de estudiar durante la pandemia. 2 de cada 10 niños tiene acceso a un dispositivo adecuado para recibir clases virtuales, y el 83% de las familias sufrió alguna reducción en sus ingresos por lo que los niños con mayor vulnerabilidad pagan el precio más alto.

No asistir a las escuelas afecta su bienestar seguridad y desarrollo, pues es ahí donde recibe educación, alimento, protección, donde juegan, hacen amigos y reciben el apoyo de los docentes. Durante este tiempo que no han podido asistir a clases han estado más expuestos a la violencia intrafamiliar, abuso sexual  y trabajo infantil.

Como estado y sociedad siempre hemos tenido una deuda pendiente con la niñez, que en la pandemia se ha hecho más visible, por lo cual las medias a tomarse para resolver los problemas planteados deben ser inmediatas,  para de alguna manera devolver la sonrisa, inocencia, ingenuidad y bondad, a aquellos seres que merecen ser prioridad en una sociedad justa.

Feliz Día del Niño.

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