Se hace camino al andar

La libertad incomoda. El tener la valentía suficiente de proclamarse como autor de tu propio destino es algo que realmente aterra. La libertad incomoda porque afrontarla, requiere de poseer un valor extremadamente importante y clave para la autosuperación personal: la responsabilidad. Sin embargo, más allá de las puertas del miedo, el temor al qué dirán o al fallar, solo ahí se encuentran las llaves del éxito. Pero este éxito solo se puede lograr siendo libres, y no solo eso, sino también honrando esta libertad.

Guillermo Lasso en su primer discurso como presidente de la República, Quito 24 de mayo de 2021. - Foto: AN

El camino fácil, que siempre será una alternativa para todos, es cruzarse de brazos ante las inconformidades de nuestra vida. Sin embargo, el camino difícil, el de valientes, es el de quienes deciden tomar cartas sobre el asunto y adueñarse de su propio destino. Las preguntas son un factor clave en esta búsqueda de la felicidad: ¿qué puedo hacer el día de hoy para cambiar lo que no me gusta de mi vida? ¿estoy viviendo a mi 100%? ¿Estoy tomando control de mi vida? Estas preguntas, y demás que nos hagamos, son clave para poder vislumbrar un norte. Para esto, se va paso por paso. El primer paso siempre va a ser aceptar las circunstancias, y adueñarse de ellas.

Si bien es cierto que cuando nos adueñamos de nuestro destino y tomamos control de las cosas que si podemos manejar, es ahí cuando se empieza a pavimentar nuestra libertad y se forja el destino de cada uno. Guillermo Lasso, presidente constitucional de la República del Ecuador, lo dijo en su primer discurso como presidente: “nunca he dejado de creer en nuestro poder para cambiar el destino. Una de mis marcas desde joven ha sido mi negativa total a dejarme dominar por las circunstancias, o por lo que supuestamente debía ser mi vida”. Antonio Machado también lo menciona en su poema: “caminante, no hay camino / se hace camino al andar”. Y es que por mucho que creamos que estamos destinados a ciertas circunstancias, es completamente incorrecto. El ser humano tiene poder y recursos infinitos que, cuando se es consciente de aquello, pueden llevarlo a hacer grandes cosas. Es solo cuestión de creérselo: la cárcel más dura del ser humano es uno mismo.

Por supuesto que igual, las circunstancias externas que el individuo no controla juegan un papel muy importante en la persecución de la libertad de cada uno. Una de ellas podría decirse, es la situación política en la que el individuo se encuentra sometido. Un país libre es un hogar de individuos pensantes, libres, educados y capaces. Un pueblo libre es un pueblo que tiene la capacidad de dominar y adueñarse de su propio destino. Lasso hace un llamado a la libertad en su discurso: “que la política sea el instrumento colectivo para dominar la adversidad. Que juntos cambiemos este presente para convertirlo en el destino que nosotros queramos, construyendo ese nuevo tiempo histórico en que el pueblo ecuatoriano será, por fin, el protagonista libre de su propia historia”.

Por primera vez, en años, el Ecuador goza de una política realmente del encuentro. Que busca, abraza y se nutre en la diversidad, que no apaga voces y más bien le da espacio a que esas voces sean escuchadas. Gozamos de un país que nos permite expresarnos y encontrarnos libremente, siempre y cuando respetemos los derechos de otros. Honremos esa libertad que tengamos, comprometiéndonos con nosotros mismos y con el país. Adueñarnos de nuestro destino, y ser recursivo ante nuestras circunstancias, es la verdadera forma de gozar de libertad responsablemente.

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