Se ha popularizado mucho la llegada de los bitcoins en el mundo de las inversiones. Este fenómeno tiene una naturaleza muy moderna, y a los inversores escépticos les intriga su existencia por esta misma razón. Esto se debe a que el bitcoin, o la criptomoneda, no es más que dinero digital. No hay monedas ni billetes físicos que los respalden, existe únicamente en plataforma digital. Pero aparte de eso, su funcionamiento es igual a la de cualquier moneda del mundo. De hecho, se pueden hacer transferencias de criptomonedas de un usuario a otro sin necesidad de un banco. Los usuarios de criptomonedas aprovechan para evitar cargos de transacción de los bancos para poder hacer pagos ágiles. Estas se almacenan en una cartera digital para cada usuario.
La idea de invertir en una moneda que solo existe de forma digital suena muy descabellada. Sin embargo, ha sido la elección de inversión de muchos que se han sentido muy satisfechos con su producto. La recomendación más prudente que existe a nivel de inversiones es; que siempre hay que tratar de invertir en algo que sea de interés personal, en este caso para los aficionados de la tecnología financiera puede sonar muy atractivo. ¿Y qué implica aficionarse en un tema? Conocer el tema muy de cerca. Aun más si se trata de inversiones, pues finalmente se trata de depositar confianza en esto. Y ese depósito de confianza no puede ser a ciegas, por lo que a continuación se verán detalladas tres de las características más importantes en cuanto a los bitcoins.
Las criptomonedas no tienen un respaldo per se
En ese caso, las criptomonedas trabajan diferente comparado a las demás monedas del mundo. No existe una Reserva Federal, ni oro ni deuda que respalde a esta moneda digital. Tampoco están aseguradas por ningún gobierno. Esto quiere decir que si se almacenan criptomonedas en una cartera digital provista por una compañía en específico, no hay ninguna garantía ni respaldo que asegure que ese dinero invertido está a salvo. Ni la compañía ni ningún gobierno puede cubrir el riesgo que se asume al invertir. En caso de un siniestro; ya sea que la compañía cesa sus operaciones, se sufre de un ataque informático o se pierde la inversión por algún virus, el riesgo a asumir es 100% personal.
No son una moneda regulada
Los inversores comprenden que esto tiene tanto sus ventajas como sus desventajas. Las criptomonedas no están reguladas; ni por un gobierno, ni por alguna organización, ni por una institución o autoridad financiera. Es por esto también que de hecho, las transacciones que se hagan en esta moneda son irrevocables: quienes poseen bitcoins no pueden recuperar el valor de la moneda que ya hayan transaccionado. Pero como fue mencionado anteriormente, esto hace que dichas transacciones estén completamente libres de comisiones o impuestos. Claro que esto puede ser una implicación negativa, pero si se sabe aprovechar de la manera más inteligente y si se tiene suerte, podría jugarse en favor de la persona invirtiendo.
Su valor se establece de forma diferente
Como la criptomoneda no tiene un respaldo ‘regular’ comparado a cómo se respaldan otras monedas, su valor (que de hecho es muy volátil) se establece de forma diferente. El precio de esta moneda está determinado por todos los usuarios que poseen criptomonedas, entre otros factores. Esto se debe a que son los usuarios de bitcoins quienes les están dando valor a esta moneda, por lo que no está respaldada de ninguna otra manera. La existencia de esta moneda depende 100% de quienes la usan, creen y confían en ella.
La mera existencia de la criptomoneda es totalmente innovadora y su auge es directamente proporcional a la ahora esencial presencia de la tecnología en nuestras vidas. Pero no deja de ser un concepto completamente fascinante: la volatilidad y eficiacia de esto depende totalmente de un colectivo de personas que depositan su confianza y su dinero en esto. Por lo que, si se quiere invertir en esto, hay que tener eso muy presente.
