¿Por quién votar en las elecciones 2021?

Se aproximan las elecciones presidenciales en Ecuador, Perú, Chile y otros países latinoamericanos en este año. Al ser quizás la primera elección presidencial de mi país en la cual voy a ejercer un voto relativamente consciente e informado, me interesa hacer un breve análisis de las principales motivaciones psicológicas-sociales que nos suelen llevar a los votantes a elegir a uno u otro candidato. Tras considerar algunos de los factores que intervienen en este proceso de decisión, quizás sea más sencillo responder a la pregunta ¿por quién debo votar en las elecciones 2021?

Como menciona Jon A. Krosnick en su artículo The Psychology of Voting, votar por un presidente es como elegir a una persona que ha de decidir qué películas veremos en el cine de ahora en adelante. Podemos elegir a alguien que comparta nuestras preferencias cinematográficas, a un experto en cine, o a quien nos ha recomendado una buena película en el pasado. Es decir, según esta extraña analogía, al elegir a un presidente solemos considerar tres factores fundamentales: si sus políticas o valores se alinean con nuestros intereses personales, si tiene la experiencia y los conocimientos técnicos suficientes, o si el candidato y su partido político ha sido el más exitoso para manejar el país en el pasado. Es así como a veces ciertos candidatos abiertamente religiosos, por ejemplo, se ganan los votos de muchos creyentes. Esto también podría explicar por qué suele perpetuarse el dominio de un solo partido político o una tendencia de gobierno durante décadas, independientemente del candidato que lo represente en cada periodo presidencial.

Evidentemente, es muy poco probable que encontremos en un solo candidato a alguien que cumpla con las tres condiciones antes mencionadas. Es también improbable que cada votante comprenda a profundidad y esté verdaderamente al tanto de todas las propuestas y políticas a implementar de cada candidato. Otra opción es dejar de lado lo político y votar por el candidato que aparente ser el más inteligente y preparado para su cargo. De tornarse complejo decidir cuál candidato es el más capaz, siempre queda la alternativa de evaluar al actual presidente y, de estar conformes con su desempeño, votar por quien represente a su partido político en las próximas elecciones. Caso contrario, tendemos a optar por un candidato radicalmente distinto a quien ocupa el poder actualmente; tratamos de eliminar al problema de raíz y buscamos a un héroe novedoso que rescate a la patria.

Por otro lado, según Krosnick, la investigación indica que, además de la identificación con un partido político, otro factor que puede determinar por quién votamos es cómo percibimos la personalidad de un candidato. Es decir, tendemos a votar por alguien a quien consideramos confiable, inteligente y que aparente tener aptitudes de liderazgo. En este caso, la primera impresión suele ser fundamental. Sin embargo, de estar conformes con las cualidades y aptitudes de un candidato, al descubrir una de sus flaquezas o desatinos se suelen opacar rápidamente un sinnúmero de fortalezas, pues tendemos a magnificar lo negativo. Por último, algunos votantes indecisos son propensos a votar por el primer nombre que leen en la papeleta. En Estados Unidos, por ejemplo, se ha encontrado que aquellos candidatos que aparecen primero en la papeleta obtienen, en promedio, alrededor de un 2.3% adicional de votos (un número que puede escalar hasta el 7%).

Entonces, tomando en cuenta algunas de las motivaciones que las personas suelen tener para elegir a un candidato presidencial, ¿cómo decidir por quién se debe votar en las elecciones 2021? Afortunadamente, pese a la variedad de factores arbitrarios que pueden intervenir en este proceso de decisión, la mayoría de las personas ejerce un voto relativamente informado y racional. Sin embargo, hay que recordar que todos los datos presentados anteriormente se basan en la población estadounidense. Aunque las principales motivaciones y los procesos psicológicos que determinan por quién votamos quizás varían muy poco de un país a otro, la realidad política en Latinoamérica es muy distinta. Estamos acostumbrados a votar por ‘el menos malo’, por quien vaya a ‘robar menos’ o por aquellos que ofrezcan propuestas absurdamente utópicas como regalar dinero o bajar desaforadamente los impuestos.

Considero fundamental aprender del pasado y evitar que se repitan patrones nocivos, autoritarios y demagógicos por parte de aquellos que no buscan velar por el bienestar de un país entero, sino satisfacer su ambiciosa necesidad de poder, de dominio y de aprovecharse de los recursos de un pueblo que pide a gritos un nuevo amanecer. Parece sencillo: dejemos de elegir a aquellos líderes que representan a partidos políticos corruptos y que han demostrado ser incapaces de sacar adelante al país en el pasado. Sin embargo, como indica el psicólogo político y social Jaime Costales en su nuevo libro Psicología Política del Ecuador, se necesitan profundas transformaciones en el carácter social, en la psicología colectiva de los latinoamericanos. Solemos caer en el desamparo aprendido o derrotismo crónico, lo que impulsa a las masas a someterse ante líderes autoritarios. Se vuelve entonces más importante que nunca que ejerzamos un voto consciente y consecuente con lo que hemos aprendido de la historia.

Sin estos cambios profundos de la psique colectiva, se pueden repetir el surgimiento y acceso al poder de nuevos o reciclados caudillos populistas, con los efectos destructores de la democracia que ya hemos constatado hasta la saciedad en la historia del Ecuador y de Latinoamérica.

–Jaime Costales Peñaherrera


Referencias:
The Psychology of Voting – Jon A. Krosnick
Psicología Política del Ecuador – Jaime Costales Peñaherrera.

Para leer este y más artículos de Juan Martín selecciona el siguiente enlace:

https://jmnaranjo.com/blog/por-quien-votar-en-las-elecciones-2021/

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