El 2021 no será, económicamente, el mejor año de nuestras vidas, pero puede que sea el año que se comience a mejorar

Hemos dejado atrás uno de los años más extraños que podamos recordar, hemos vivido situaciones de confinamiento y una caída de la actividad económica a nivel mundial sin precedentes desde la Segunda Guerra Mundial, algo completamente imprevisible, y aún así queremos saber qué ocurrirá en el 2021 e intentar preveerlo. Los seres humanos somos así, por más que pasen milenios sin poder “ver” el futuro en las estrellas, seguimos intentando paliar la inerradicable impredecibilidad del futuro.

Dicho lo cual, aún así queremos intentar saber qué es lo más probable que ocurra para este 2021. Y las perspectivas, por desgracia, no pueden ser buenas.

Tras una caída de casi el 12% del PIB, esto es, que en el año 2020 en Ecuador se produjo un 12% menos de lo que se produjo en el 2019, y por tanto se creó un 12% menos de riqueza y hay más pobreza; lo más previsible es que en el 2021 la economía crezca, crezca mucho, en torno al 9%, pero no podemos perder la perspectiva, ésto aún significa estar peor que en el 2019. En las circunstancias actuales la pregunta clave es: ¿En qué trimestre estaremos al menos como a inicios del 2020? Esto es, ¿cuánto tiempo “perdido” de crecimiento nos provocará la crisis del 2020? Y la respuesta sigue siendo preocupante, como mínimo tres años de crecimiento perdidos, todo el 2020, todo el 2021, y 2022 siendo optimistas, puede ser hasta 2026 si no hay crecimiento rápido. Si tenemos en cuenta que Ecuador lleva sin crecer en PIB per capita desde el año 2014, en que era de 6.344 $, esto es, cada ecuatoriano de media producía al año (y por eso disponía de) 6.344$, y en el 2019 el dato era aún menor, 6.249, 5 años sin crecimiento. Y tras la crisis del 2020 aún ha bajado más, y puede que no se recupere hasta el 2024, o puede que aún más. Una década perdida de crecimiento, una década entera con la Economía del Ecuador estancada, tras la década despilfarrada.

Y estas previsiones son asumiendo que la economía del Ecuador comienza a recuperarse este 2021. Pero eso no es seguro, depende, entre otras cosas, de la política. Tanto la sociedad como la economía del Ecuador están muy politizadas. Esto es, al no haber institucionalidad, unas reglas claras y permanentes, lo que queda es la arbitrariedad, las disposiciones del político de turno sobre qué cambiará de la economía. Si Ecuador se aboca a un modelo como el que propone Arauz, que pone en duda la dolarización, que no incentiva la inversión, que sigue creyendo que el gasto público es inagotable y no propone cómo financiarlo, lo más probable es que no haya un crecimiento económico sano, sino todo lo contrario, y se ahonde en la crisis. Si Ecuador opta por un modelo como el que propone Lasso, con apertura comercial, apoyo a la empresarialidad, equilibrio presupuestario y simplificación normativa, por desgracia tampoco es garantía de una mejora inmediata en el 2021, pues, aún asumiendo que gana las elecciones con mayoría en la Asamblea, no comenzaría a gobernar hasta finales de mayo del 2021, y aún así, las medidas no tendrán efecto inmediato, pues la inversión esperará a ver los cambios legislativos, y aún meses para comprobar si se implementan de verdad. No se puede recuperar la confianza de los inversores nacionales e internacionales, que se ha perdido en años de políticas socialistas y populistas, llevará meses o años comenzar a ver resultados, pero al menos se podrá estar en una senda de recuperación.

Si algo podemos haber aprendido en este 2020 es que la vida es impredecible, pero la economía también nos enseña que si no hay un marco favorable a la empresarialidad, a la producción, a la apertura comercial, al equilibrio presupuestario y contratación, entonces no se puede generar riqueza, y Ecuador está en el puesto 123 del mundo en el Índice de Hacer Negocios, y en el puesto 158 en el Índice de Libertad Económica. Queda muchísimo por mejorar. Ojalá que en el 2021 se empiece a ello.

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