Según datos del Banco Mundial en su informe Retos y Oportunidades de la Migración Venezolana en Ecuador, presentado en junio 2020, el Ecuador acoge aproximadamente a 400.000 migrantes venezolanos, quienes 40% residen en Quito. El informe también comprueba que Ecuador es el tercer país con mayor concentración de inmigrantes venezolanos, después de Colombia y Perú. Marianne Fay, directora del Banco Mundial para Ecuador, se realizan este tipo de estudios como apoyo para la implementación de políticas públicas y acciones de cooperación en cuanto al tratamiento de la crisis migratoria en América Latina. No solo eso sino dicho informe concluyó en la necesidad del avance del proceso de regularización del estatus migratorio para que los venezolanos puedan aportar al desarrollo de la sociedad.
Después de un año de vigencia del Decreto 826, que tiene el propósito de regularizar la migración venezolana en el Ecuador, 161.761 venezolanos realizaron registro biométrico y a 38.243 le otorgaron la Visa de Excepción por Razones Humanitarias (VERHU). De ellos, únicamente un 6% no registran formación profesional, el 51% son mujeres y 49% hombres, el 49% pudo acceder a la salud pública en el Ecuador y el resto no tuvo acceso o no tuvo necesidad de hacerlo. Cancillería anunció que entre este año y el próximo, se implementará un nuevo Plan de Atención a los ciudadanos venezolanos.
En la charla organizada por el USFQ School of Economics “Immigration in Emerging Countries: A Macroeconomic Perspective” con Juan Guerra-Salas, PhD y Senior Economist en el Banco Central de Chile, se analizaron las implicaciones macroeconómicas de la fuerte migración hacia países en vías de desarrollo. Se encontró que según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, un tercio de los migrantes en el mundo residen en países de ingresos bajos o medios, a pesar de que la literatura de los efectos de la migración se enfocan en países desarrollados. En el contexto del Ecuador, esto es una realidad y es por esto que se deben tomar en cuenta estudios ya mencionados para poder favorecer al país con el nuevo nicho productivo que arriba.
Según Guerra-Salas, los efectos macroeconómicos de la migración en países desarrollados son diversos. Uno de ellos es el abaratamiento de la fuerza laboral: “una ola inmigratoria aumenta la oferta laboral, y con una oferta laboral mayor hay presión a la baja de salarios”. Esto ocasiona efectos a otro problema grande en países subdesarrollados, pues la baja de salarios invita e incentiva a la mano de obra a sucumbir a la informalidad. Esto sucede especialmente en ofertas laborales que no requieren un alto nivel de especialidad. Guerra-Salas menciona también, que el efecto de subempleo ocasionado cuando el migrante (profesional) está recién llegado el país, “exacerba la caída de los salarios que tienen bajos niveles de habilidad”. Ocurre gracias a la presencia de inmigrantes buscando trabajo por necesidad, por lo que la oferta de trabajos de alta calificación no sufre de ningún efecto.
La crisis migratoria en cuanto al pueblo venezolano seguirá siendo una realidad donde Ecuador se verá implicado. En cuanto a la implementación de políticas que respondan a esta emergencia, es importante tener en cuenta estos estudios. No solo con el objetivo de respetar y prevalecer los derechos de los ciudadanos venezolanos ecuatorianos sino también para mitigar un posible aumento de crisis económica en el país.
