El mindfulness y la meditación: prácticas para sobrellevar la pandemia

  1. ¿Qué es la meditación y el mindfulness para ustedes?

Mireya: Para mí la meditación no es poner tu mente en blanco, es no poner atención a tus pensamientos. Lo que yo siento luego de la meditación es un vacío en la mente, una livianidad. Es una sensación que llegas a tener luego de haber meditado. Lograr que tu mente se aliviane, se calme, se vacíe de pensamientos. Lo lindo del mindfulness es que te da esa sensación de disfrutar el presente, es lo que me parece tan maravilloso. No es irte al Tíbet a meditar, sino intentar aplicar en tu vida diaria en estos momentos de presencia plena, incluso en las cosas más simples.

Pablo: La definición de mindfulness para mí, es un tipo de meditación. No está muy clara la distinción de ambas y muchas veces se usa como sinónimo. Pero creo que la meditación para muchos, es un tabú porque se asocia con una filosofía, con alguna cultura o cosmovisión en particular. Mindfulness es más neutral y secular, es un enfoque mucho más amplio y no depende de una religión o ideología en particular. Para mí simplemente es poner atención intencionalmente en el presente, en lo que está sucediendo dentro de mí con mis emociones, mi cuerpo y mis pensamientos. Ser consciente de esa totalidad mayor a la que pertenezco. Estar consciente de lo que pasa dentro de mí y a mi alrededor. Poner atención con una actitud de curiosidad, sin juzgar, incluso con cariño y con ternura.

  1. ¿Qué les recomendarían a las personas que recién empiezan a entrar al mundo del mindfulness y la meditación?

Pablo: Entender que es una habilidad humana, que no es algo con lo que uno nace, tiene o no tiene, que depende de mis creencias. Es como aprender a tocar el piano o montar bicicleta, depende de la práctica. Es una habilidad que se va desarrollando con la práctica, esa es la clave. Es como ir al gimnasio; uno no entra al gimnasio y levanta 30 kilos el primer día, sino poco a poco. Paso a paso y sin expectativas de que cambie nada, sino simplemente respirar. Empezar con la respiración, por instantes ponerle atención a la respiración. Una respiración hoy es suficiente, mañana quizá sean 2. ¿Y por qué la respiración? Porque siempre está ahí y es algo que nos ancla al presente. Cuando yo respiro conscientemente, el ruido que hace mi mente por un instante se aquieta y me doy cuenta de dónde estoy, qué esta pasando, qué necesito este instante. Si mi mente se dispara me doy cuenta de eso, y otra vez respiro. Pero es con la práctica, y la más básica es ponerle atención a la respiración. También puedes enfocarte en los sonidos que captas en ese momento. Mientras estás enfocada en los sonidos, la mente deja de pensar en lo demás. Por un instante mientras estoy poniendo atención consciente y deliberadamente a los sonidos, mi mente se aquieta y solo estoy, solo soy. Cuando estoy conectado con el presente hay paz, solo en ese lugar hay paz. Nuestra mente está todo el tiempo con ansiedad si es que siempre estamos pensando en el pasado o en el futuro.

Mireya: Un punto súper importante es el no tener expectativas. Hay gente que te dice “yo no puedo porque no puedo tener mi mente en blanco, no puedo quedarme quieta”, y uno mismo se empieza a poner esos límites, cuando no es eso, es simplemente traer la atención al presente. En lo personal, voy practicando dos años y todavía me cuesta. Es una práctica y disciplina diaria que uno va adquiriendo.

  1. ¿Cómo cultivar disciplina y hacer de estas prácticas un hábito?

Pablo: Creo que la clave es aceptar las cosas como son. Uno no practica para cambiar el entorno y lo que sucede, sino mi relación con las circunstancias. Una vez escuché una frase que decía “uno no puede parar las olas, pero puede aprender a surfear” y de eso se trata un poco, es cambiar cómo me relaciono con el caos, la incertidumbre, el estrés. El entrenamiento consiste en practicar cuando estoy bien, para poder practicar y tranquilizarme cuando no estoy bien. Es como un torbellino porque hay días fáciles y difíciles, y eso está bien. Ser consciente de que no siempre es igual y aceptar las cosas como son. La clave es la aceptación de la realidad y de este momento como es. No tiene sentido resistirme a lo que ya es, esa resistencia es la que me hace sufrir. No es la situación per se, sino mi resistencia a ella. Cuando dejo de resistirme de alguna manera me doy cuenta de lo que necesito, veo lo que necesito ver y puedo ser mucho más efectivo.

Mireya: Es una batalla que uno lleva consigo mismo. Es como cuando no te quieres levantar de la cama e igual lo haces. Aunque sea por 5 ó 10 minutos, pero igual lo hago. Porque sino es muy fácil darse al abandono. Este tema ya empieza a meter otros como el ver qué comemos, que consumimos, qué escuchamos. Desde que empecé a llevar estas prácticas tengo mucho cuidado en lo que como, veo, leo, escucho. Uno empieza a cambiar esa manera de vivir, empiezas a sumar solo lo que te aporta. A veces, puede llegar a ser muy triste porque te alejas de personas que no te aportan en el momento. Pero el poder de aceptar las cosas como son es lo más importante. Lo que creo más necesario, aparte de la aceptación, es la disciplina diaria.

  1. ¿Cómo ha sido para ustedes aplicar estas prácticas en cuarentena?

Pablo: Hay algunas dimensiones a tomar en cuenta, porque de alguna manera mindfulness o meditación lo que implica es una reconexión conmigo, los demás y el mundo. Una de las cosas más fuertes en la pandemia ha sido la soledad. La posibilidad de tener técnicas como estas es vital para reconectarnos y volver a la noción de comunidad. Estaba leyendo que la soledad representa un factor de riesgo de muerte en adultos mayores, el doble que la obesidad. Este es uno de los temas más fuertes que enfrentamos hoy. Mindfulness te permite no solo ir hacia adentro, sino fortalecer nuestras relaciones interpersonales. Por ejemplo, en la escucha profunda; estar 5 minutos presente con los hijos, o en una reunión de zoom. Sin estar con el teléfono mandado correos, viendo netflix y haciendo 8 cosas al mismo tiempo. Es lo que nos permite conectar a un nivel más profundo entre personas cuando estamos conversando. Esa conexión es lo que nos puede mantener a flote y desarrollar esas capacidades internas para afrontar esta situación.

Mireya: Llevo meditando algún tiempo y no es que había visto un efecto grande, ni nada maravilloso. Pero llegó la pandemia y me encerré con dos adolescentes, mis hijos. Justo evaluaba la semana pasada y decía si es que ya se acaba la cuarentena, ¡yo no quiero salir! Hemos disfrutado tanto con mis hijos y la he pasado feliz. Creo que ha sido el cambio en mis reacciones; antes era más controladora, y ahorita la pandemia me ha enseñado que no se puede así. Estoy cambiando esas creencias y parámetros que tenía antes. Mucho es porque he logrado apasentarme, estar mas presente y decir no pasa nada. Algo de la pandemia es justamente eso, el no poder controlar. Para la gente que no tiene una herramienta como el mindfulness y meditación, creería que es demasiado duro esto.

  1. ¿Cuál seria la diferencia entre vivir el mindfulness con o sin camino espiritual?

Pablo: Mindfulness y meditación puede o no estar asociado con una dimensión espiritual. Porque de esa comprensión de qué es ser espiritual es donde se derivan estos prejuicios y tabúes del por qué entendemos cosas diferentes. Se puede aplicar mindfulness sin necesidad de estar en un camino de búsqueda espiritual. Se practica mucho mindfulness en empresas, para bajar ansiedad y estrés, sin necesariamente tener un enfoque espiritual precisamente. Puede ser parte del camino de encontrarse con uno mismo y sentir que eres parte de una totalidad mayor. Por eso precisamente es para todos y todas. Se lo puede aplicar como técnica, sin meter espiritualidad. Escuché una vez una frase que decía que la meditación es al budismo, como la gravedad es a Newton. De alguna manera es una habilidad humana, no es parte de una filosofía. Los budistas lo descubrieron, no la inventaron. Por eso la practican los cristianos en la oración. Uno tiene que enfocarse en los mitos que pueden ser obstáculos para personas que no lo empiezan. Definir la espiritualidad sería una conexión con algo mas grande, cuando sientes que eres parte de algo más. Cuando sientes que no solo soy este cuerpo, que mi identidad trasciende este rol que juego en la vida. Eso es entrar en dimensión espiritual. Sentir que soy parte del planeta puede ser espiritualidad. Mindfulness te puede llevar a eso, pero depende de lo que busco en el momento. Aplica en la medida de lo que cada uno esté listo y preparado para experimentar.

Mireya: Cada uno recorre lo que tiene que recorrer y te llegan las cosas de manera perfecta. Yo empecé a estudiar filosofías ancestrales, fui hacia lo espiritual y llegué al mindfulness. A medida de lo que veo, el mindfulness es el factor común entre todas estas religiones y culturas. Nos volvemos a sentir que somos parte de un todo, por más de que seamos diferentes. El camino ha sido distinto, y no creo que esté mal. Un poco para irnos hacia la parte personal, uno es más productivo cuando está contento, feliz y conforme. Estas prácticas te permiten ser más productivo y estar en tu 100%. Es distinto porque poniendo aparte el tono espiritual, físicamente eres más productivo y te sientes mejor.

  1. ¿Cuáles son tips puntuales que darían para empezar a aplicar mindfulness en la vida diaria?

Mireya: Empezar sin expectativas. Ir buscando lo que haga click: quizá sea el mindfulness, quizá incluso sea rezar el rosario. Es el experimentar y el ser disciplinada lo que hace que marque la diferencia, y el que hace ver si tiene un efecto genuino en ti. Lo que se sienta bien en mí, y que sea verdadero. Que no haya resistencia.

Pablo: Sugeriría hacer 2 cosas antes de dormir. Primero respirar mentalmente contando hasta 4, y exhalar mentalmente contando hasta 8. Esta práctica con la exhalación larga activa el sistema nervioso parasimpático, que nos calma y tranquiliza. Hacerlo ahora nos puede ayudar a asumir el habito. La otra práctica que yo propondría sería enfocarse en la gratitud. En la noche al acostarme, pensar 3 cosas por las que puedo agradecer ese día. Así nuestra mente que está en piloto automático, solo pensando en lo negativo, puede empezar a ver lo positivo. Es el entrenarnos y estar consciente de lo positivo.

Pablo Barriga Paz, USFQ Alumni de Comunicación Organizacional y Relaciones Públicas. Es Mindful Coach en Studio Conciencia, además ha desarrollado e implementado programas de Mindful Leadership Coaching en instituciones con más de mil colaboradores. Es instructor de los programas de Mindfulness para la Vida, Mindfulness y Resiliencia y de Mindfulness Corporativo. Facilita procesos de diálogo para la transformación personal, organizacional y social. Ha desarrollado programas e impartido talleres de mindfulness con centros educativos, escuelas de conducción, empresas, instituciones gubernamentales, universidades, cárceles, hospitales, pueblos indígenas, refugiados por desastres naturales, organismos de cooperación internacional y muchos más.  

Mireya Noboa Ochoa, USFQ Alumni de Comunicación Organizacional y Relaciones Públicas. Nació en Quito, Ecuador y actualmente vive en Costa Rica. Es educadora, escritora, emprendedora y co-fundadora de Soulosophy, plataforma digital de bienestar y salud. Interesada en sabidurías milenarias como la Kabbalah, la practica del yoga, el chi kung, la respiración y la meditación. Estudia para ser voluntaria de El Arte de Vivir.

 

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