Murciélagos y humanos: ¿De dónde viene el Coronavirus?

A inicios del año se detectó un nuevo virus que causa problemas respiratorios graves en los seres humanos: se le ha llamado 2019-nCoV (2019 novel Coronavirus) y se originó en la ciudad de Wuhan, China. Todavía no se sabe a ciencia cierta qué animal es el vector del brote de coronavirus que surgió en Wuhan y que ya ha infectado a más de 95 000 personas en 79 países, hasta inicios de marzo de 2020. Muchas miradas apuntan al murciélago grande de herradura (Rhinolophus ferrumequinum) desde que, a finales de enero, el diario estadounidense The New York Times publicó un informe sugiriendo que esta especie podría ser la culpable porque, según el periodista científico James Gorman, un grupo de científicos chinos reveló que el 2019-nCoV es casi idéntico a otros coronavirus incubados por murciélagos.

El 2019-nCoV pertenece a la familia de los Coronaviridae, caracterizada por estar envuelta por una capa de lípidos proteicos que forman la “corona” visible al microscopio que da nombre a esta familia. Infectan a mamíferos y aves y se transmiten entre animales de la misma especie. Es importante saber que los seres humanos ya han sufrido enfermedades por coronavirus, como la pandemia del “Síndrome respiratorio agudo grave” (SARS) en 2002, transmitido a los humanos por las civetas asiáticas, y el virus del “Síndrome respiratorio de Oriente Medio” (MERS) en 2012, transmitido por los camellos. No todos los coronavirus son capaces de infectar a los seres humanos; pero los que sí, causan enfermedades respiratorias que van desde el resfriado común hasta patologías más graves. 

El informe publicado en el The New York Times explora la posibilidad de la difusión del virus desde un mercado de la ciudad Wuhan, donde se venden animales vivos para consumo humano. “Se trata de uno de los llamados “mercados mojados” que son muy comunes en Asia”, explica Howard Zhang, editor del servicio chino de la BBC. Esto no significa que el origen del “salto de especie” del virus fue el la ingestión de un murciélago, como noticias falsas en internet lo han difundido. Cualquier animal, como lo explica Zhang, pudo haber sido huésped del virus hasta llegar a los humanos. La situación es tan fortuita que pudo ocurrir través del roce de las heces fecales de un ejemplar de murciélago a un pangolín, cuya piel se usa con fines medicinales y se comercializa en los “mercados mojados” de Wuhan.

La capacidad de infectar células de un organismo diferente es la primera etapa de la transmisión del virus. Con el tiempo se registraron casos de infección entre personas que no habían frecuentado el mercado, demostrando que el virus es capaz de adaptarse a su nuevo huésped y transmitirse entre individuos. Esto constituye la segunda etapa. La capacidad del virus para difundirse de forma epidémica en la población consiste en la tercera etapa. La comunidad científica ha confirmado que el virus se transmite por vía aérea, suspendido en las gotitas expelidas al ambiente al toser o estornudar. Si bien las primeras dos fases requieren modificaciones genéticas del virus, la tercera depende de cambios en las dinámicas de la población. El brote de 2019-nCoV sucedió entre finales de 2019 e inicios de 2020, lo que nos da una pista de que los movimientos migratorios y el aumento de contacto entre individuos de las fiestas facilitó la propagación fuera de China. 

Esos mismos movimientos migratorios también pueden resultar en una ventaja para combatir el 2019-nCoV. Si hay algo que destaca en este caso es la rápida comunicación y colaboración entre científicos a nivel global. Pocos días después de los primeros casos de contagio, el virus fue identificado, secuenciado y publicado para permitir a grupos de investigadores empezar a trabajar para tratar de identificar su origen, desarrollar test diagnósticos y modelos matemáticos para calcular su velocidad de difusión. En este momento, además del desarrollo de una vacuna, los científicos intentan entender con qué facilidad se difunde el virus de un individuo a otro. De momento, con el nacimiento del primer bebé portador de Coronavirus en China el pasado 05 de febrero, los especialistas confirmaron que el virus se puede transmitir en el útero materno, es decir que para que el virus se transmita es necesario un contacto estrecho con un individuo infectado. 

Peter Daszak, presidente de EcoHealth Alliance, destacó que una de las medidas más importantes que se pueden hacer para evitar las zoonosis, transmisión de virus de animales o humanos, es prohibir el comercio de animales silvestres, tal como ha hecho China de forma temporal, desde el 31 de diciembre de 2019. 

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