Room Escape Ecuador: Un emprendimiento pionero

Fotografía: Juan José Sebastián

Emocionados e intrigados por lo que estaríamos a punto de experimentar, llegamos a Room Escape Ecuador, un emprendimiento de la Alumni Alysen Lukacik y su esposo Xavier Larco. Una amplia sonrisa nos recibió. El lugar estaba lleno de colores, luces de neón y puertas estrafalarias. Alysen nos dio la bienvenida y prosiguió a registrarnos, donde nos preguntó si estábamos listos para la experiencia de la Casa Antigua.

El Room Escape o cuarto de escape es un juego de aventura y logística en la vida real, que consiste en intentar escapar de una habitación/situación ambientada entre un grupo de participantes. Para salir, hay que resolver una serie de acertijos mediante ingenio, juego en equipo, habilidad mental y observación, permitiéndole al jugador ser el protagonista. Este juego nació en Japón en el año 2007 y aunque ya era tendencia en otros países como Estados Unidos o Malasia, esta pareja decidió importar la idea a Ecuador en 2015; por supuesto, adaptándole a la cultura ecuatoriana.

Una vez que cruzamos el umbral de la puerta de la Casa Antigua, nos olvidamos de los colores y las luces. Parecía que estábamos inmersos en otra época, como si estuviéramos atrapados en el tiempo. A primera vista, era una sala y cocina normales pero lo que no sabíamos era que encerraba la terrible historia de dos ancianos. Los mismos que eran responsables de varios desaparecidos. Estos se le atribuían a su excéntrica decoración, puesto que sus paredes estaban forradas de mitos y leyendas típicas de Quito.

La escenografía y la tecnología que poseen sus juegos hacen que el jugador experimente mediante sus sensaciones, puesto que debe mantener alerta sus 5 sentidos. Alysen afirma que todo esto empezó por la fascinación, compartida con su esposo, por los videojuegos y la necesidad de implementar un negocio diferente, único y divertido.

El reloj empezó a correr. Teníamos 60 minutos para escapar. Todo el equipo de Aula Magna se puso en marcha para encontrar todas las piezas posibles. Debajo de los floreros, de los sillones o incluso entre las paredes y el techo. Lo único que nos quedaba era nuestro ingenio, el compañerismo y tratar de encajar las pistas antes de que nos sumemos en la lista de desaparecidos.

Este juego no es solo dirigido para hacerlo entre amigos o familia, sino que también puede ser una alternativa para la estimulación de trabajo en equipos. Alysen nos cuenta que varias empresas quiteñas han utilizado el Room Escape como un método de convivencia, puesto que sus juegos permiten quitarse el estrés y ayudar al ambiente laboral. Entre mensajes secretos y códigos ocultos, logramos vencer la primera fase.

La siguiente puerta que nos esperaba estaba ambientada con la leyenda de la casa 1028. Teníamos que confiar tanto en nuestro oído como en nuestro instinto. Diferentes teorías salieron a flote, tratamos de utilizar hasta el último recurso que estaba en la habitación; sin embargo, al solo contar con 20 minutos, decidimos pedir una de las 3 pistas que se nos ofreció. Así, pudimos dar paso a la siguiente habitación, la misma que estaba inspirada en el ladrillo faltante de Cantuña.

Alysen cuenta que su inspiración para traer este negocio a la capital, fue su experiencia de primera mano en un Room Escape en Arizona, Estados Unidos. Esto les ayudó a entender que hace casi 4 años, este negocio atendía a un nicho de mercado no explorado en el Ecuador. Permitiéndoles formar el primer Room Escape del país.

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