El tango, la milonga y un buen vino: La cabaña

“La cabaña” más que un restaurante, un rincón de Argentina. Un buen lomo y el zapateo al son de Piazzolla y Gardel dan lugar una noche diferente. Hace nueve meses Cristian Aguirre, Alumni, y David Yaselga abrieron este centro gastronómico y cultural en el norte de Quito

Promover la cultura argentina es el principal objetivo de este particular restaurante. La cultura del tango ha crecido en el último siglo, no obstante, aún es pequeña. “No había un lugar hecho para jóvenes de tango, se piensa que es solo para mayores. Darles un espacio fue nuestro aporte”, comenta Aguirre. En “La Cabaña” se recuerda el origen del tango y la milonga.

Foto: Sara Fuentes

Más allá de difíciles piruetas y coreografías de campeonato, ellos rescatan aquel baile de salón típico de los salones argentinos. Toda la semana se brindan clases particulares desde cero. El aprender a sentir es el primer paso, la elegancia y el buen gusto nacen de ello. Todas las noches, la pista de baile abre en espera de que se haga la milonga.

Foto: Sara Fuentes

“Si alguien baila tango en Quito, está aquí: desde profesores hasta los más jóvenes”, comenta Aguirre. La pista de baile es acompañada de músicos expertos en la materia. Entre guitarras, pianos, bandoneones y violines renace “La cumparisita”. Gracias al apoyo de la Embajada argentina también se ha abierto un espacio para el folklore argentino: “Una danza más tradicional que el tango, mezcla el zapateo, los gauchos, el chacareo… ”

Cristian Aguirre y David Yaselga. Foto: Sara Fuentes

La gastronomía abarca la tradición ecuatoriana y platos argentinos. El lomo y el bife de chorizo son sus principales platos. No obstante, un buen vino es infaltable. Y para aquellas noches frías: canelazo. El chef David Yaselga, con estudios y experiencia argentina, es el encargado de satisfacer a los comensales. Al medio día, un buen almuerzo es una gran excusa para visitar el lugar.

Foto: Sara Fuentes

Están pronto a abrir un bar tradicional argentino en “La Cabaña”. “A Gardel y a todos los milongueros argentinos, lo que más gustaba tomar era Ginebra. A veces incluso más que el vino”, comenta Aguirre. Este es el espíritu que busca contagiar del tango y la milonga a Quito.

Además, pronto esperan llevar otro rincón de Argentina a Cuenca. Están ubicados en Germán Alemán E12-138 y Carlos Arroyo Del Río.

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