Ponte el cinturón de seguridad en las redes sociales.

Cuando te registras en una red social, ¿realmente lees los términos y condiciones de uso? Muchos de nosotros no lo hacemos, pero es importante saber cómo son las reglas del juego. El mundo digital hay que saber aprovecharlo y disfrutarlo, pero al igual que en el mundo real, siempre se debe tener cuidado de los peligros a los que uno se expone.

Cuando aceptas los términos y condiciones de uso, prácticamente estas firmando un contrato, en donde, cada fotografía e información que compartes ya no te pertenece, es parte de la plataforma digital que estás utilizando. “Estas aplicaciones son prácticamente gratis, pero en realidad tú estas pagando con la información que proporcionas” explica José Luis Medina, profesor en el área de Tecnologías de la Información en la USFQ. Los usuarios somos los verdaderos productos de las redes sociales, por eso, hay que tener precaución en manos de quien puede terminar nuestra información.

La primera recomendación, que detalla José Luis, es tener en cuenta quién puede ver tus publicaciones y qué información estás compartiendo. ¿Cuántos amigos tienes en Facebook?, ¿cuántos seguidores tienes en Instagram?, la respuesta es el número de personas que pueden saber a dónde fuiste tus últimas vacaciones, que lugares frecuentas, con que personas te llevas, donde estudias, trabajas o vives. ¿Conoces y confías en todos los perfiles que te observan? Siempre asegúrate de que tus publicaciones no sean públicas y solo puedan ver tus “amigos”.

¿Cómo evitar ser hackeado?

Hay tres principales consejos de José Luis para esta situación. Primero, hay que tener una contraseña difícil de descifrar, esto quiere decir nada de cumpleaños, nombres de familiares, fechas o lugares significativos, si no, una contraseña que varíe entre letras mayúsculas y minúsculas, números y signos.

En segundo lugar, tener cuidado de la ingeniería social. “Esta ingeniería se encarga de manipular a los usuarios para obtener su información y en algunos casos su contraseña” comenta José Luis. Por ejemplo, un mail falso de alguna red social o incluso de un banco, en donde te piden que por algún problema de la compañía debes ingresar a tu cuenta, y te dejan el link para iniciar sesión en el texto. Existen varios programas gratis de clonación de páginas de inicio de cualquier aplicación, ingresas tu nombre de usuario y contraseña e inmediatamente la persona que te está jugando la trampa ya tiene tus datos. Para evitar esto, debes asegurarte de que el link sea seguro y aparezca al inicio el protocolo “https”.     

Por último, utilizar el doble factor de autenticación. Esta herramienta se basa en que al intentar iniciar sesión de una cuenta, primero se envía un mensaje al celular del usuario con un código para verificar que realmente es el propietario. En los últimos años, muchas redes sociales han optado por incluir este método de seguridad, incluyendo Facebook e Instagram.

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